www.diariocritico.com
Despilfarro audiovisual

Despilfarro audiovisual

lunes 23 de abril de 2012, 08:20h
    El Gobierno autoriza la privatización total o parcial de las televisiones autonómicas que, por lo general, son una factoría de incienso para los gobernantes y un agujero sin fondo para el dinero de los ciudadanos. Las comunidades que opten por seguir el modelo actual con su televisión de Juan Palomo ("yo me lo guiso, yo me lo como"...) deberán poner coto al actual endeudamiento y cumplir, como cualquier otra entidad pública, los principios de estabilidad presupuestaria, lo cual es prácticamente imposible. Y quienes opten por una gestión mixta o, directamente, por privatizarlas, lo van a pasar mal porque no son los presentes buenos tiempos para el negocio audiovisual por la crisis publicitaria y la atomización del sector en que se ha producido una fuerte competencia. Por lo demás, las plantillas de esas cadenas televisivas están "desmadradas", emplean a diez veces más trabajadores que cualquier cadena privada de cobertura nacional, y las audiencias, salvo alguna excepción, están por los suelos, por lo que enmendar el rumbo parece, en muchas ocasiones, una aventura imposible.

    Este sombrío panorama es la consecuencia de unos tiempos de despilfarro y megalomanía en que los políticos entendieron que disponer, a su antojo, de uno o varios canales televisivos, así como de varias emisoras de titularidad pública, les garantizaba satisfacer su vanidad y, además, perpetuarse en el Poder. Y ahora, cuando estamos enterrando la gallina de los huevos de oro, y el cántaro se ha roto de tanto ir a la fuente, el Gobierno ha tenido que cortar por lo sano incluso en las televisiones de las autonomías de su mismo signo político porque, a la hora de una auditoría rigurosa, ninguna de las cadenas, sea de tirios o de troyanos, sale airosa del análisis.

    Después del Consejo de Ministros de ayer también se informó del nuevo sistema para elegir presidente de Radio-televisión Española, porque, al final, el que tiene la mayoría absoluta no quiere perder ni un milímetro cuadrado de Poder. Y también se enmendó, por decreto, el bloqueo de la Liga de Fútbol a las emisoras de radio, una decisión unilateral e injusta que el anterior gobierno había "tragado" de un modo incomprensible. Alguien se preguntó qué sería de la radio sin el fútbol, sin preguntarse antes qué hubiese sido del fútbol sin la radio, y ello desde los tiempos en que personas inolvidables, como Matías Prats, convertían las tardes de los domingos en el más multitudinario y mágico estadio del que ya hablan los historiadores.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios