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Falacias que hacen daño

Falacias que hacen daño

miércoles 02 de mayo de 2012, 17:08h
Los dueños privadísimos, y los comerciales trapisondas de los grandes consorcios mercantilistas casi monopolizados -que gracia y que desgracia tiene la palabreja, casi se puede interpretar como mono políticos o políticos mono- dicen o decían hasta hace muy poco, una de las mayores falacias del sistema capitalista salvaje: "el mercado es ilimitado". Lo repiten o repetían hasta la saciedad, como si de un mandamiento divino o humano se tratara.Ojo, esos profesionales de la especulación son drogadictos del dinero pero no tontos. En realidad pretenden defender sus patrimonios y privilegios insultantes cuya consecuencia es la ilimitada miseria desmoralizadora y desesperada que padecen varios miles de millones de seres humanos. Sí, los drogadictos económicos son los más dañinos y tenebrosos de todos los adictos a las drogas.

Creer o hacen creer que "el mercado es ilimitado" es una falacia destructiva porque es mucho más mentira que verdad, y porque el sistema demuestra en la práctica ser tan hipócrita y corrupto como ambiguo e imposible.Hipócrita, porque son consorcios desconcertantes, desequilibrantes, enrevesados y opacos cuya evidente contradicción entre dichos y hechos es cada vez más ruinosa para casi todos. Imposible, porque hay lo que hay, y hoy está mal, muy mal  proyectado, gestionado y compartido.
Déspotas y potentes consorcios en todos o casi todos los sectores primordiales, que puestos de acuerdo, tienen más capacidad de decisión en todos los órdenes, que los mismísimos estados y sus gobernantes. ¿Hay excepciones? Estados que si fuesen transparentes en sus territorios y leyes, y los gobernantes fuesen expertos, honestos, éticos, ejemplares y bravos en sus funciones; la opulencia de pocos, la debacle de muchos y la desmotivación de casi todos; serían mucho más evitables.
Pero casi nada de nada. Los políticos en general y los políticos bipartidistas -son los que han manejado y mareado el sistema en un 90% de su totalidad- en particular, son o parecen vulgarísimos e irreflexivos vendedores que despilfarran y desprestigian el patrimonio común -privatización o descrédito del sector público- sin medir ni pesar efectos y defectos secundarios. Han demostrado y demuestran no tener noción de nada o de casi nada; si acaso de aparentar. Han quedado reducidos a repartidores de las sobras y migajas en los banquetes elitistas de las patronales. O al "debate": "yo más que tú" o "yo menos que tú"...sin mencionar o plantear jamás, la justicia integral.
El discurso virtual y estrafalario del bipartidismo -escaso 50% de la "voluntad democrática" en las urnas; en efecto, el presidente más el líder de la oposición solo son medio...censo electoral- es sinónimo del discurso de los que publicitan y cacarean lo de..."el mercado es ilimitado"..."el mercado es ilimitado"..."el mercado es ilimitado"...cuyo eco puede hacer estragos en los que lo creen a ciegas. Y tratan -de tratantes- a la mayoría de ciudadanos como a rebaños de ganado...o peor. Eso sí, miman a sus perros y perras cursis.
A propósito de animalitos cursis o ñoños, hay interesados y nada interesantes loritos y loritas con el disfraz de portavoces u opinantes "sabelotodo" -suelen ser fariseos impresentables o cobardes- que sin vergüenza, meditación ni pudor en sus argumentos y loas al sistema, sueltan falacias que hacen diana en los "criterios" de los oyentes y seguidores más veletas, más frívolos, más ingenuos, más simplistas, más fanáticos, más letales y más vulnerables. ¿La excepción en el desastre justifica la desastrosa regla?
Muchos, demasiados personajillos oportunistas y mediocres metidos en política y desconocedores de la mercadotecnia perversa, han creído que "el mercado es ilimitado", cometiendo errores y horrores que les descalifican para los restos. Lo alarmante y reaccionario, es casi todos sigan desluciendo cargos y risas. Y nos a de ocupar y preocupar hasta el fondo, los despreciables deslumbramientos presuntuosos con los que todavía nos pretenden camelar politiquillos sin escrúpulos y sin ton ni son.
Dos ejemplos -cercanos, gravísimos, fáciles de entender- locales, regionales, nacionales y no se si universales -casi todos bipartidistas- que en nombre de hipotéticos e "ilimitados" crecimientos y desarrollos han endeudado y enquistado el futuro y han atropellado la razón. 1º) En poblaciones pequeñas y medianas del medio rural, se han sacrificado las tierras más fértiles par construir sobredimensionados polígonos industriales o derivados; en pequeña parte con cierta base y en superior parte...par intentar especular. La lógica, lo inteligente, es construir lo preciso en las tierras más estériles...por si hay que volver a la economía casi autosuficiente y ancestral como es el huerto y el corral bien coordinados y organizados, y...poco más. ¿Falacia? ¿Demagogia? ¿Cachondeo? El tiempo lo dirá.
2º) En poblaciones grandes o exageradas del medio urbano, se han dado licencias a barullo y sin fin, a casi todo tipo de establecimientos. El resultado es el canibalismo y el sálvese el que pueda. Casi hay más vendedores que compradores -¿quién produce?- y los que pican en anzuelos de falacias como: "hay ilimitadas posibilidades de negocio" solo favorecen a los que controlan los sistemas financieros y las materias primas imprescindibles. Claro, hay infinidad de locales cerrados o pendientes de alquiler. Cuanto más rote la incertidumbre más beneficios para los consorcios casi monopolizados y sus cómplices. Les importa un higo chumbo las ilusiones y fatigas de los demás.
La crisis es también de confusión y saturación. La "presidenta" lumbrera, Esperanza Aguirre, es coprotagonista del marrullero estado comercial, laboral y salarial de Madrid capital y provincia. Su penúltima ocurrencia liberalizadora -¿de libertinaje?- al problema, pasa por que los establecimientos abran las 24 horas del día y de la noche. No respeta la convivencia familiar, ni siquiera a su Dios...que descansó como mínimo la séptima jornada de tajo o de trabajo. Ni el que asó la manteca era tan primario y cerril. Y menos, cuando más del 50% del personal no llega, o llega con dificultades económicas a final del día, de la semana, del mes, etc. etc.
El destrozo moral que han hecho y hacen parte de la chunga chusma política con su  chulesca chuflería es... histórico. Seguramente hay que exigir y hacer lo contrario de las "medidas" que los contables multinacionales y opacos, y los políticos, nos imponen para salir de su fango. ¡NO! hay que decir y hacer ¡NO! a tantísima falacia si el sentido común individual y colectivo lo creen necesario. Con verdades elegantes, incontestables y firmes. Hay que hacer diana en las "ciencias y conciencias" de insaciables, de trincones y de trapisondas. Hay que fomentar la dignidad.Por el bien o el menos mal de casi todos, ni un aval más a sus humos. Hay que exigirles...exigirles...exigirles y tienen que rectificar...rectificar...rectificar...O dimitir. ¡YA!  
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