¿Quién vigila al vigilante?

Se veía venir. Estaba cantado. A nadie le ha extrañado que la tan traída y llevada Comisión de Investigación parlamentaria sobre el sangrante caso de corrupción de los expedientes de regulación de empleo fraudulentos se convierta en un pasillo de comedias, en una astracanada incluso antes de iniciar sus pesquisas. El PSOE afirma que es el primer interesado en averiguar lo que ha pasado y que, por ello, puso el hecho en conocimiento de la Justicia (?) y está "colaborando estrechamente" con todo lo que la jueza Mercedes Alaya le pide a la Junta. Aunque, visto lo visto, no parece que la jueza sea de la misma opinión. Incluso el presidente de la Junta y secretario general del PSOE-A, Pepe Griñán , que se negaba en redondo antes de las elecciones a que se constituyera la comisión, vetándo las iniciativas del PP y de IULV-CA con su mayoría absoluta, afirma ahora en "la suya", vulgo Canal Sur, que está dispuesto a comparecer ante la mísma e incluso que lo está deseando. Eso dice. Quien lo crea, que lo compre. Aunque, tras comprobar el pasteleo, me da a mi la impresión que Griñán está convencido de que su posible comparecencia va a ser, como se dice por aquí abajo, un "por aquí te quiero ver" sin mayores consecuencias políticas.

Izquierda Unida, el comparsa de este montaje pseudodemocrático para vestir el muñeco, cuyo coordinador general, Diego Valderas, llegó a exigir repetidamente la dimisión de Griñán cuando eran oposición, se pliega ahora a las directrices marcadas por los dueños del cortijo y no sólo se arroga la presidencia de la Comisión como un éxito de su limpeza y honradez (ja, que se lo pregunten al camarada Sánchez Gordillo), sino que pone incluso un plazo para que ésta finalice sus investigaciones y emita su dictámen: tres meses. Hombre, uno sabe que una Comisión de Investigación nada tiene que ver con un sumario judicial, pero, claro, después de ver la de tomos que está estudiando la jueza Alaya desde hace ya dos años, la de informes pedidos a la Guardia Civil, la de miles de documentos solicitados a la Junta de Andalucía y las declaraciones de la veintena de imputados, me da a mi que en tres meses, por mucho que se habilite julio y agosto, sus señorías vayan a tener tiempo de otra cosa que no sea la de tirarse los trastos a la cabeza. Si les gustan las profecías, ya les anticipo que el dictamen de la Comisión de Investigación sobre los EREs fraudulentos va a condenar a los ya condenados en los Juzgados y va a salvar a los últimos responsables del tinglado, ya saben, a los que ocupan u ocupaban la cúspide de lo que la jueza Alaya llamó "pirámide de corrupción". Y evito dar los nombres que todos tenemos en la cabeza y que riman con Milán, Nantes y Pavía.

Solo basta escuchar las declaraciones de Ignacio García, el diputado de IULV-CA que presidirá la Comisión de Investigación afirmando que su coalición hará "el modesto papel de guardagujas que evite este choque de trenes entre PP y PSOE es el que nos arrogamos y cuanto menos se hable del presidente mejor. Tienen que hablar los grupos políticos y nuestra labor será la de moderación y de arbitraje". Vamos, hablando en plata que PSOE e IULV-CA ya han pactado lo que va a ocurrir y como va a transcurrir el desarrollo de la comisión de los EREs. Griñán no tiene nada que temer. Y Valderas tampoco ve su puesto en peligro que es lo único que le importa. Todo, como dice, García, está "atado y bien atado. La pregunta es ¿quién vigila al vigilante?

El PP tiene puestas sus esperanzas en esta comisión sabiendo, como sabe, que no va a sacar nada en claro, pero sí la aprovechará para minar los pilares de una coalición que le ha arrebatado el Gobierno. Así que nos espera un verano calentito con comparecencias parlamentarias no sólo de Griñán, sino posiblemente también de Chaves, Zarrías y puede que hasta del ex presidente José María Aznar. El circo está servido mientras los andalucs asistimos impertérritos a este juego de manos de nuestros políticos que a nada conduce. Mas nos valdría a todos dejar que la Justicia realizara su labor, que Mercedes Alaya está gestionando con minuciosidad y esmero, y que el Parlamento se ocupara de asuntos más importantes como el de controlar que los ajustes puestos en marcha por el Gobierno de Griñán y Valderas no dejen en la calle a otros cuantos miles de ciudadanos andaluces engordando aún más las ya larguísimas colas del paro.