jueves 12 de julio de 2012, 07:22h
El Tribunal Europeo de Derechos
Humanos, con sede en Estrasburgo, ha desautorizado la estrategia antiterrorista
conocida como 'doctrina Parot' que permitía prorrogar hasta diez años la
estancia en prisión de los etarras condenados.
El fallo se produce a instancias de Inés del Río Prada, una de las
terroristas más sanguinarias de ETA, que cumple condena en el centro
penitenciario de Teixeiro, desde julio de 1987, y es culpable de varios
atentados que causaron la muerte de 21 personas y provocaron 76 heridos. Con la
doctrina Parot, saldría de la prisión el
27 de junio de 2017.
Pues bien, según este tribunal, el
Estado deberá poner en libertad, a la mayor brevedad, a esta etarra que acumula
condena de más de tres mil años, y además tendrá que resarcirla con 30.000
euros por daños morales.
Increíble, pero cierto. Esta insultante
sentencia ha provocado estupor y repugnancia. Por supuesto, el gobierno va a
recurrirla, y no piensa dejar libre a
esta feroz asesina, porque huiría de la justicia. Además, que se olvide de
cobrar esos 30.000 euros, porque tiene un cuenta pendiente de varios millones por
el mucho daño que causó.
Contra la inconcebible amnesia de
tribunales que minimizan el horror provocado por los terroristas, hay que oponer
el recuerdo más solidario con el dolor de las víctimas. Ellas no se merecen
este insulto, ni esta humillación. Podrá surgir la clemencia, pero nunca
llegará el olvido.