La LFP pone horarios de discoteca a algunos partidos

Peor, imposible. Más sumisión a los teóricos intereses de las televisiones, imposible. Más desprecio a los aficionados y socios de cada club, imposible. Y así podríamos seguir con la última de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) que preside José Luis Astiazarán, cuya última hazaña es poner partidos a la discotequera hora de ¡las 11 de la noche! en las tres primeras jornadas de la competición. Con el agravante de que son no sólo los sábados -que  ya tiene guasa, ya-, sino también ¡los domingos y los lunes!

¿Quién, por muy forofo que sea de su equipo, va a ir al estadio para salir a la una de la madrugada y llegar a casa a las tantas? A no ser que como el paro va a seguir aumentando, puede que la mayoría de los españolitos estén desempleados y no tengan que madrugar unas horas después del término del encuentro para ir a trabajar. Y, claro, los que ya hayan sacados sus caros abonos para toda la temporada pensando en horarios lógicos, ven ahora que algunos de ellos tendrán este horario disparatado con el que no contaban.

Con otro añadido perjudicial nada despreciable: los transportes públicos, tan recortados en todo el país, no funcionan a esas horas, con lo que será obligatorio para los sufridísimos teóricos espectadores coger el coche o irse andando. Claro que todo viene de atrás, de cuando el fútbol se vendió a las televisiones, que son las que fijan los horarios que imponen a la patronal que es la LFP y esta, con todos los clubes plagados de deudas -750 millones, por ejemplo a la Agencia Tributaria- y de aquellos barros vinieron estos lodos. Y, lo que es peor, en nada nos garantizan que a partir de la siguiente jornada no nos pongan partidos a las doce o a las dos de la mañana o a las cuatro o... capaces son estos incapaces, capaces.