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Una madre tiene que entregar su hija a su exmarido pese haber sido condenado por maltrato

viernes 19 de octubre de 2007, 12:35h
Una madre denunció este viernes que, después de que un juez decretara una orden de alejamiento contra su exmarido que le prohibía ver a la hija de ambos debido a que pegaba a la menor, otro auto judicial obliga a que la hija sea entregada este sábado a su padre.
Ana María, madre de Lorena, explicó que tras "una situación de malos tratos infligidos" a su hija, el padre por orden judicial "no se podía acercar a ella bajo ningún concepto". "Pero han recurrido y ahora hay un auto que dice que la tengo que llevar al punto de encuentro, y yo estoy luchando para no llevarla porque existen documentos y partes de lesiones", señaló.

Debido a esto, Ana María dijo no entender por qué se le obliga a su hija de once años a tener que ver a "su agresor" cuando Lorena no quiere y "tienen una relación inexistente". A esto sumó que ella y su actual pareja deben viajar desde la localidad madrileña de Moraleja de Enmedio hasta Valdemoro para entregarla y que "él la maltrate".

Por todo ello, dijo que su hija "está destrozada", y subrayó que "no se merece lo que le está haciendo la Justicia" con ella, porque, según explicó, su ex-marido desde que le pidió el divorcio hace tres años intenta hacerles "la vida imposible" a través de denuncias.

"Cada vez que tiene que ir al punto de encuentro es una situación horrible, se tira al suelo, se escapa muchas veces; y a mi me han condenado por saltarme el régimen de visitas por proteger a mi hija, pero yo no puedo hacer más", recalcó.

"Mandarle a la boca del lobo"
Por todo esto, tal y como adelantó "20 minutos", aseguró que este sábado no puede permitir dejar a su hija "en manos de su agresor" porque sería como "mandarle a la boca del lobo". "No estoy dispuesta, cualquier madre en mi situación lo entendería, he pasado mucho, he curado mis heridas y mi hija va tener secuelas de por vida por esta situación, con 11 años está todo el día en los juzgados", explicó.

Lorena, a la que le gusta dibujar, pinta imágenes en las que se puede ver a su padre que dispara y mata a su madre y a su actual pareja para después encañonarla a ella misma. "Mi hija dice que quiere ser una niña normal, que quiere ir al colegio como todos los niños y estudiar tranquilamente, porque lleva suspendiendo tres años consecutivos desde que esto empezó", dijo.

Palizas
Sobre cómo comenzó su pesadilla, Ana María dijo que ya desde que su hija estaba en su vientre "recibía palizas". "Yo me quedé embarazada, él me había anulado poco a poco, me había prohibido fumar, tener amistades, me separó de mi familia, y entonces empezaron las palizas, he vivido una película de terror durante siete años hasta que decidí denunciarlo y hubo una condena en la que le pusieron una orden de alejamiento por la que no se puede acercar ni a mi ni a mis familiares durante seis meses", comentó.

Pero pasada esa orden, hubo una nueva agresión a Ana María en plena calle en 2002 por la que también le condenaron. Desde ese momento, según relató, su ex-marido desapareció y ella empezó a vivir su vida comenzando una nueva relación.

Aunque la aparente calma no duró mucho porque en 2005, cuando ella decide interponer "una demanda de separación" lo problemas vuelven a surgir. "Empieza una guerra criminal contra mí, me tiene en los juzgados día tras día, y lo único que quiero es que la Justicia vea que va contra mi para destruirme como persona y para destruir a mí hija, está utilizando a mi hija para hacerme daño", añadió.

  
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