Informaciones
abundantes, pero confusas y a menudo contradictorias, sobre los planes que los
convergentes de Mas tienen y ofrecen sobre sus presuntos planes soberanistas o
secesionistas. Da la impresión de que se lo están pensando, o no tienen plenamente
decidido qué quieren y cómo, en qué plazos. ¿Declaración radical se
independencia, o declaración federalista, o estado libre asociado? Los
titulares que este lunes ofrecen los diarios resultan reveladores sobre la
confusión que domina esta materia.
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El
País: Cuatro partidos
negocian la moción del derecho a decidir de Cataluña. CiU, ERC, ICV y
Solidaritat abren vías hacia la independencia. PSC, PP y Ciutadans rechazan la
solución parlamentaria
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El
Parlamento catalán aprobará la hoja de ruta del derecho a decidir. CiU negocia
con ERC, ICV y Solidaridad una resolución soberanista. El texto se aprobará el
jueves y no tiene carácter vinculante. CiU aguardará al discurso de Mas para
difundir la propuesta
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El
Rey cree que su mensaje sobre Cataluña no daña el papel de árbitro. Don Juan
Carlos llega mañana a Barcelona tras su reunión con Bill Clinton
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El
Mundo: Mas plantea que Cataluña tenga el mismo status que Puerto Rico. Explica a
empresarios que no contempla la independencia y propone un Estado libre
asociado igual que la isla caribeña
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Cataluña,
un Estado como Puerto Rico. Mas confiesa a unos empresarios que no cree en la
independencia, sino en ese modelo. Le pidieron que no perjudicara sus intereses
en el resto de España
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CiU
pide ahora a Rajoy que mueva ficha y dialogue. Ve prematuro decir si
incluirá la independencia en su programa
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La
incógnita de Convergencia i Unió. No hay ola independentista en el Parlament:
Sólo 14 diputados representan a fuerzas explícitamente secesionistas. Unió es
el partido de 17 de los 62 diputados de CiU nen
la Cámara catalana. Durán siempre
se ha opuesto a la independencia, pero fue a la manifestación
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ABC.- Chacón y Durán, víctimas del
independentismo -Pilar Cernuda en ABC
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El PP
dice que Urkullu sembrará el odio a España, como Mas -
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El
Parlamento catalán aprobará una resolución independentista
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La
Vanguardia: El PSC
intenta no quedarse aislado junto al PP. Navarro se muestra ahora a favor de una consulta si hay mayoría
soberanista en el Parlament. Crecen los pronunciamientos públicos en España
partidarios de construir un sistema federal -
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Leve
giro español: menos acritud y brotes de un federalismo sobrevenido. Rajoy
intenta el apaciguamiento y nadie habla ya de elecciones catalanas ilegales
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El
PSC se afana en evitar el voto con el PP contra el soberanismo. Oriol Pujol
reta a Rajoy a mover ficha para demostrar su voluntad de diálogo
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El
Periódico de Cataluña: Los
socialistas descartan unirse al PP. El PSC se abre a una consulta soberanista.
Navarro asume un referendo sobre la independencia pero insiste en la vía
federalista. CiU, ERC e ICV negocian un texto
del Parlament de apoyo a la autodeterminación
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La
Razón: CiU, ICV, ERC
y SI preparan una resolución a favor de la autodeterminación -
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Cataluña
guisa el referendum. CiU, ICV y SI preparan una resolución a favor del derecho
a decidir. Pujol afirma que su programa electoral defenderá la
autodeterminación. CiU responde a Rajoy que si tiene voluntad de dialogar, que
mueva ficha
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Independismo
sin recortes: 16 millones en nueve meses. Pese a que la Generalitat no puede
pagar las nóminas, no rebaja las ayudas al catalán
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Convergencia
reserva el Palau Sant Jordi, donde celebra el mitin final,m para el 23 de
noviembre
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La
Gaceta: CiU aspira a
una mayoría basada en la ola separatista. El Rey visita Cataluña trs la
cibercarta sobre ,as quimeras de Mas.. Mas coincide dos veces con el Rey en
pleno órdago secesioinista: En la entrega del Premio Conde de Barcelona y en
una inauguración del puerto
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La
Voz de Galicia: El Parlamento catalán hará una declaración
soberanista el jueves. CiU recela de la propuesta de diálogo de Rajoy y lo
insta a mover ficha
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Expansión: CiU analiza con tres partidos una
declaración independentista. Sánchez Camacho, que ha permitido la aprobación de
los dos presupuestos de Mas, amaga con retirarle el apoyo
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Cinco
Días: El Parlamento
catalán votará una resolución por la autodeterminación. CiU, Iniciativa y
Solidaritat tratan de acordar un texto.
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EL
DEBATE DEL REY.- El Rey está convencido de que su irrupción
en el debate público sobre el futuro de Cataluña, a través de la carta
difundida en su web el pasado martes, no le ha restado capacidad de arbitraje y
que su iniciativa ha sido bien acogida por la mayoría de los españoles, según
fuentes de la Casa del Rey. Se trató, agregan las mismas fuentes, de una
decisión muy meditada, consultada previamente con el presidente del Gobierno, y
en buena medida condicionada por las circunstancias, tanto en la forma como en
el momento. Don Juan Carlos, alegan las fuentes citadas, estaba obligado a
pronunciarse sobre un asunto crucial que le afecta de lleno, en la medida en
que su figura simboliza la unidad del Estado, y no podía convocar al presidente
de la Generalitat, como ha hecho, por ejemplo, con los líderes sindicales,
antes de que lo recibiera Rajoy, el pasado jueves. Esperar hasta su primer
discurso público, que pronunciará precisamente en Barcelona el martes, habría
significado mantener un prolongado silencio que no habría entendido la
ciudadanía. Don Juan Carlos coincidirá con Mas el martes por la tarde en la
entrega del premio Conde de Barcelona al cardenal Tarcisio Bertone, secretario
de Estado del Vaticano, en el palacio de Predralbes; y volverá a la capital
catalana el jueves para inaugurar una terminal de contenedores en el puerto.
Tendrá ocasión de medir sobre el terreno el efecto de su polémica carta. En la
Casa del Rey se asume que pueda sufrir algún abucheo. El Rey volará a Barcelona
directamente desde Nueva York, donde ayer y hoy asiste como invitado de honor
al encuentro anual de la Clinton Global Iniciative, un foro que reúne a líderes
políticos, mecenas y responsables de ONG de todo el mundo. El Rey se reunió
ayer, por espacio de 45 minutos (diez de ellos a solas), con el expresidente Bill
Clinton, reconvertido en activista filantrópico y uno de los mayores apoyos de
Barack Obama para revalidar la Casa Blanca el 6 de noviembre. Según fuentes de
la Casa del Rey, Clinton ha expresado su confianza en la fortaleza de España,
Italia y Portugal para superar su actual crisis (de Grecia
no ha dicho ni una
palabra) y en que Alemania accederá finalmente a actuar en beneficio de la UE,
mediante la compra de deuda por el BCE o la emisión de eurobonos. También ha
mostrado su preocupación por la inestabilidad en el norte de África y el auge
de los salafistas; y, como no podía ser de otro modo, ambos han analizado las
próximas elecciones en Estados Unidos. Clinton, según las mismas fuentes,
confía en la victoria de Obama, pero alerta de que aún queda mucha campaña. Don
Juan Carlos coincidirá en Nueva York con Rajoy, a quien se espera hoy por la
tarde, pero no está previsto que se vean en ningún momento. El Rey ha
renunciado incluso a acudir a la recepción que Obama ofrecerá a los mandatarios
asistentes a la Asamblea General de la ONU para no restar protagonismo a su
jefe del Gobierno. Será Rajoy quien se haga la foto con Obama en el hotel
Waldorf Astoria, mientras don Juan Carlos mantendrá múltiples contactos. De la
mayoría de ellos no informará la Casa del Rey al ser de carácter "privado". En El
PAÍS
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EL
PROBLEMA HISTÓRICO CATALÁN.- Dijo Ortega y Gasset, en 1932 que «el problema catalán no se
puede resolver, sólo se puede conllevar; es un problema perpetuo y lo seguirá
siendo mientras España subsista». La multitudinaria manifestación
independentista de la última Diada o la intención del Parlamento catalán de
declarar próximamente un Estado propio no son más que el último episodio de las
complicadas relaciones que han mantenido Cataluña
y España en los últimos 300 años. En concreto, desde que el 11 de septiembre de
1714, Barcelona cayera en manos de las tropas borbónicas de Felipe V, tras un año y dos meses de asedio. Una
tensión histórica que ha tenido casi siempre la independencia como telón de
fono, y que ha continuado hasta nuestros días a pesar de que Cataluña es ahora
una de las regiones con mayor nivel de autogobierno de Europa. Estás son las fechas clave que han marcado (a
sangre y fuego a veces) el ADN de la convivencia entre la comunidad catalana y
el resto de España.
Decretos de
Nueva Planta (1716).- Dos años después de la caída de Barcelona en manos de las
tropas borbónicas, los Decretos de Nueva Planta,
del 16 de enero de 1716, abolieron la gran mayoría de las instituciones
catalanas. Con la aprobación del Consejo de Castilla, se suprimieron las Cortes
y el Consejo de Ciento, el idioma oficial de la administración dejó de ser el
catalán y se impuso castellano (aplicándose obligatoriamente en escuelas y
juzgados) y se establecieron nuevos impuestos sobre las propiedades, beneficios
del trabajo, la industria o el comercio. A esto, según otros autores, hay que
sumar una represión sistemática que abocó al exilio a más de 25.000 catalanes.
El historiador Ignacio Sotelo, catedrático
emérito de la Universidad Libre de Berlín, cree que esta fecha ha quedado en la
memoria histórica como «el hito que marca el final de una época en la que
Cataluña, con más o menos dificultades, supo conservar sus instituciones».
Un estado
catalán... de dos días (1873).- El 5 de Marzo de 1873 fue proclamado por sorpresa
el Estado catalán. Un pequeño éxito de catalanismo que duró sólo dos días y fue
aplastado por la fuerza. Periódicos como
"la Correspondencia de España", informaban de que «16.000 voluntarios
han declarado independiente el Estado catalán y preso a las autoridades». La Revista Política iba más allá y hablaba de
las dificultades de organización del nuevo Estado, asegurando que aún faltaba
que «se formen del mismo modo estados semi-independientes o independientes, por
donde quiera. Luego surgirán las rivalidades entre ciudad y ciudad por la
capitalidad de cada Estado, entre provincia y provincia por ser independientes
unas de otras, y no formar un estado mismo; y hasta entre villa y villa y aldea
y aldea».Pero no se trataba de una proclamación de independencia realmente,
sino federalista republicana promovida por la burguesía que utilizó el
independentismo como modo de presión. Antes de que el 7 de septiembre la
sublevación fuera aplastada, se habló de formar un gobierno provisional que
convocaría elecciones a las Cortes catalanas y la disolución del ejército
español en la región.
Primera
manifestación (1901).- Se trata probablemente de la primera manifestación
verdaderamente independentista de Cataluña. Fue convocada por Lluís Marsans i Sola junto con varias asociaciones
como «Catalunya i Avant». La marcha acabó ante el monumento de Rafael Casanova,
uno de los considerados mártires de aquella caída de Barcelona de 1714 que, en
contra de lo que algunos creen, murió 30 años después en su cama.
En 1901
entraron en Las Cortes los primeros diputados catalanistas.- Tras colocar una
corona de flores sobre el monumento de Casanova, igual que se hace en la
actualidad, se produjeron enfrentamientos con la policía en la que resultaron
detenidas más de 30 personas. Esto provocó que se fundaran nuevas sociedades de
apoyo a los presos y se convocaran manifestaciones de protesta que llegaron a
concentrar a más de 12.000 personas. Fue el mismo año en el que entraron en las
Cortes españolas los primeros diputados catalanistas, a los que se vio entonces
como una amenaza que podría convertir a Cataluña en la nueva Cuba, por sus
deseos de abandonar una patria maltrecha como aquella tras el desastre del 98.
La Mancomunidad
catalana (1914).- Las diferencias en torno al termino «nación» y Cataluña
estaban a la orden del día desde años antes. Enric
Prat de la Riba impulsó, desde que asumió su cargo en la presidencia de la
Diputación Provincial de Barcelona en 1907, el proyecto de integrar por primera
vez a las cuatro diputaciones en un instrumento de autogobierno. En 1913, el
político conservador Eduardo Dato, autorizó la unión de estas, pero con fines
puramente administrativos. Y el 6 de abril de 1914, se constituyó finalmente la
Mancomunidad bajo la presidencia de Prat de la Riba. Constaba de una Asamblea
General con 96 diputados y un Consejo permanente, que incluía nada menos que
las consejerías de Caminos y Puertos, Cultura e Instrucción, Agricultura y
Servicios Forestales, Beneficencia y Sanidad, Obras Hidráulicas y
Ferrocarriles, Teléfonos, Política Social y Hacienda. Es cierto que carecía de
capacidad legislativa y recursos propios, pero desarrolló una importante labor
de cohesión en torno al catalanismo.
Proyecto de
Estatuto catalán (1919).- Fue aprobado por la Mancomunidad
el 24 de febrero de 1919 y votado a favor por más del 98% de los ciudadanos
(2.076.251 de los 2.099.218 consultados). Pero el conflicto de intereses entre
el Gobierno catalán y el español pusieron freno a este primer proyecto de Estatuto,
que fue descartado finalmente por Primo de Rivera tras el golpe de Estado de
1923. Fue otro de los momentos de tensión entre Cataluña y España, debido al
apoyo no sólo de los partidos catalanes, sino de radicales como Alejandro
Lerroux o socialistas como Largo Caballero, además de varias entidades cívicas
y corporaciones tales como el Centro Regionalista Andaluz, el FC Barcelona, o
el Bloque Regionalista Castellano.
Referéndum de
1931.- En las Cortes Constituyentes de 1931, durante la Segunda República,
sumergió con fuerza el debate. El nuevo estatuto, que otorgaba a Cataluña un
amplio autogobierno, fue todo un éxito para los catalanistas, aprobado en
referéndum por más del 99% de los votantes, primero, y por las Cortes
españolas, después, con 314 a favor y 24 en contra. Pero los enfrentamientos no
tardaron en llegar. Para los catalanistas, aquel primer Estatuto rebajaba las
pretensiones originales del proyecto, que en vez de declarar que «Cataluña era
un Estado autónomo dentro de la República española», establecía que «Cataluña
se constituye en región autónoma dentro del Estado español». Aún así, creían
que era un paso importante para la «emancipación de la patria catalana». Entre
los partidarios del Estado unitario, en cambio, provocó una profunda alarma,
pues creían que España se desintegraba.
ABC aseguraba que Niceto Alcalá Zamora, presidente de la República, había
traicionado sus propios principios otorgándole a Cataluña tantos poderes. Con
la llegada Franco, como era de esperar, el estatuto fue suprimido de inmediato.
Un millón de
manifestantes (1977) .- Bajo los últimos años del Franquismo, los autonomismos
renacieron con fuerza. Tanto que, durante la Diada de 1977, un millón de
personas se manifestaron en Barcelona pidiendo el retorno de las instituciones
de autogobierno. Era la segunda fiesta nacional catalana que se pudo celebrar
tras la muerte del dictador. «Más de un millón de gargantas y una sola voz: ¡autonomía!»,
rezaba la portada de La Vanguardia. Anatomía: Diada millonaria, titulaba ABC.
Tuvo un eco extraordinario entre la prensa nacional y extranjera, que ABC
contaba así: «Por primera vez en la historia de los últimos cuarenta años, las
emisoras barcelonesas no transmitieron en la tarde del domingo ningún espacio
deportivo. La Diada nacional de Cataluña había conseguido movilizar al pueblo
catalán de forma insospechada, demostrando claramente su voluntad de recuperar
la autonomía».
Estatuto del
Sau (1979.- El estatuto catalán de 1979 fue la siguiente fecha clave, aprobado
en referendum por el m88 por 2100 de los votos, aunque con una abstención por
encima del 40%. «Tanto el referéndum del Estatuto de 1932 como el de 1979
tienen en común que el pueblo catalán demuestra que desea autogobernarse», dijo
Josep Tarradellas, primer presidente de
la Generalitat, después de ver aprobado el texto con Adolfo Suárez, como
presidente del Gobierno.
Estatuto
catalán de 2006.- En 2003, un nuevo estatuto volvió despertar la tensión entre
Cataluña y España, sobre todo después de que Zapatero, por entonces candidato a
la presidencia, prometiera su apoyo al nuevo texto si ganaba las elecciones. El
primer artículo, que proclamaba que «Cataluña es una nación», fue aprobado en
2005 con el aval de todos los partidos catalanes a excepción del Partido
Popular, que quería definir a la comunidad autónoma como «nacionalidad» y no
como «nación». Con algunas diferencias sustanciales, sobre todo en lo referente
a la financiación, el texto fue aprobado con el 73,24% de los votos en un
referéndum que contó con una participación de tan sólo el 48,85%. Finalmente,
en el Congreso, en 2006, se sacó adelante con 189 diputados a favor y 154 en
contra. Muy lejos de aquella proporción de 314-24 de 1932. Aunque la llama, a
juzgar por los últimos episodios, parece que sigue muy viva. ABC.
El PSC SE
MUEVE- Los socialistas
catalanes, como el resto de partidos con escasas excepciones,
están actualizando a marchas forzadas su ideario y posición respecto al
independentismo tras la masiva manifestación de la Diada y el fracaso del pacto
fiscal. Una muestra de ello eson las instrucciones que el secretario de
política municipal del PSC y alcalde de Sabadell, Manuel Bustos, ha remitido a
todas las agrupaciones municipales de su partido. Bustos les reitera que
deben pronunciarse en contra de las numerosas mociones independentistas que se
están sometiendo a votación en los ayuntamientos. Pero abre la puerta a apoyar
los textos que reclamen un referendo sobre la independencia. Navarro asume una consulta
sobre el derecho a decidir pero insiste en la vía federal. EL PERIODICO
DE CATALUÑA
UN FANTASMA RECORRE ESPAÑA.- De la margen izquierda de la ría de
Bilbao al palacio de San Telmo de Sevilla, de la calle Nicaragua de Barcelona
al despacho de Felipe González en la calle Gobelas de Madrid, de la mansión de
Julio Iglesias en Miami a la Fundación Alternativas, del entrelineado del
último discurso de José María Aznar en México al Escolta, Catalunya de Juan
Luis Cebrián ayer en el diario El
País. Todos lo convocan -con acentos diversos, como diversos son
los humores de España- y todos quieren decir alguna una cosa distinta. Es el
fantasma de Francesc Pi i Margall. Es el intento de formular una respuesta
rápida e inteligente a la incierta revuelta de Cataluña El conjuro se llama
federalismo. La idea federalista fue triturada y ridiculizada en España después
del sonoro fracaso de la Primer República. El general Joan Prim i Prats ya lo
había advertido: "Mientras yo viva, no habrá república en España".
Prim envió a Isabel II al exilio en 1868 y quiso entronizar una dinastía
liberal. Tanteó la opción portuguesa y acabó escogiendo a la casa de Saboya.
Amadeo I fue el primer rey votado por el Parlamento español. El día que el príncipe
piamontés desembarcó en Cartagena, Prim, tiroteado en la calle del Turco de
Madrid, yacía en un ataúd. El italiano aguantó dos años. "Non capisco
nulla, siamo in una gabbia di pazzi" ("no entiendo nada, estamos en
una jaula de locos"). Abdicó, regresó a Turín y en 1873 se proclamó la
Primera República, bajo la advocación intelectual de Pi i Margall, federalista
y proudhoniano. No había masa crítica, y al país le estallaron las costuras.
Las célebres revueltas cantonales. "Señores, estoy hasta los cojones de
todos nosotros", dijo el presidente Estanislau Figueres antes de dimitir y
coger un tren a París. Nicolás Salmerón y Emilio Castelar intentaron reanimar
el muerto y no pudieron. Volvió Isabel y desde entonces la palabra federalismo
está maldita. Es sinónimo de algarabía. ¡Viva Cartagena! Siglo XXI. Diez días después de la gigantesca
manifestación del Onze de Setembre en Barcelona, comienza a salir gente del
armario federal. Felipe González y Julio Iglesias; José Antonio Griñán y Patxi
López, Juan Luis Cebrián y algunos de los articulistas de la prensa de Madrid
que no se han echado al monte de la indignación. González, el hombre que ve
crecer la hierba. ha desempolvado la expresión federalismo asimétrico, que hace
años rechazó con gesto abrupto. Barcelona, marzo del 2002. Auditorio de la
Pedrera: "Pasqual, esto que nos estás diciendo no, no puede ser".
Pasqual Maragall, piedra, cuchara y manzana, ayer sonrió. También se
mueven el Gobierno y el Partido Popular. Alguien ha mandado bajar los
decibelios. La secuencia es fascinante. El jueves, un diario de Madrid, citando
fuentes gubernamentales, sugería una posible anulación de las elecciones
catalanas si estas se convocaban en clave de plebiscito o con la intención de
dar pie a una legislatura constituyente en Catalunya. Suspensión electoral. Un
atropello y un disparate que colocarían a España por debajo de Bielorrusia y de
las repúblicas autoritarias de Asia Central. Rauda como un tuit, Alicia
Sánchez-Camacho se apuntó de inmediato al mensaje de las "elecciones
ilegales". Piscina sin agua. Horas después, Mariano Rajoy interpretaba
desde Galicia los compases de la nueva partitura: "En España es posible
crear puntos de encuentro". Después del educado portazo en la Moncloa -que
Artur Mas esperaba y en buena medida necesitaba-, la mano medio tendida. Esbozo
de estrategia electoral en clave perfectamente marianista: bajar el tono, no
movilizar al adversario. Los institutos de opinión han comenzado a trabajar a
destajo. Retóricas de apaciguamiento. Los huesos del viejo Pi i Margall,
enterrados en el cementerio Civil de Madrid, se estremecen. El PP comienza a
planear sobre el cielo del Empordà, y se esperan novedades de Alfredo Pérez
Rubalcaba, que en el último GPS todavía aparece "enfrente". Carme Chacón,
725.700 votos en la circunscripción de Barcelona en las últimas legislativas,
mantiene un stendhaliano silencio. LA VANGUARDIA)
LA VANGUARDIA)