El comisario europeo de Salud y Política de Consumidores,
John Dalli, dimitió el pasado martes tras ser acusado de tráfico de influencias. Supuestamente, según un informe de la ofician antifraude de la Unión Europea, Dalli habría consentido que un empresario maltés pidiera dinero en su nombre a una tabaquera sueca a cambio de influir en la reforma de las reglas de la UE sobre el tabaco, en concreto, para levantar el uso del tabaco oral (snus).
Sin embargo, casi una semana después, el propio Dalli denunciaba que fue obligado a dimitir por una conspiración de la industria tabaquera. El propio presidente de la Comisión Europea,
José Manuel Durao Barroso, ha tachado este miércoles de "incomprensibles" las acusaciones del excomisario de Sanidad. Y es que, lo que no resulta comprensible es por qué Dalli no se negó a dimitir por la acusación del tráfico de influencias e hizo esta denuncia antes.
Además de toda la confusión de acusaciones por ambas partes, el otro tema que no deja de traer polémica es el hecho de que John Dalli
cobrará el 45% de su salario y, además, una pensión. A pesar de que le falta poco más de un año para cumplir los 65, cobrará la indemnización de su salario durante tres años. ¿unas cifras "incomprensibles" para una situación exactamente igual?
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