Obama o Romney

La semana que entra, lluviosa afortunadamente, centra su atención en la elección del que se creía que era el hombre más poderoso del mundo, el presidente de los Estados Unidos. Sin duda, el inquilino de la Casa Blanca tiene poder pero en los últimos años se ha demostrado algo ya sospechado , incluso más que sabido, y es que hay otros magnates que desde los llamados mercados, los fondos y el sistema financiero son los que realmente mandan no sólo en Estados Unidos, sino en buena parte del mundo. 

Pero bueno, los norteamericanos eligen la noche del primer martes después del primer lunes de noviembre, como marca la ley, a su presidente. No está del todo claro quién puede ganar. Barack Obama aspira a un segundo mandato pero la gestión de la crisis le puede mandar a casa por frustrar muchas esperanzas creadas en su histórica elección. Ha sucedido en todos los países democráticos occidentales. Bien es cierto que el huracán Sandy le ha servido para revitalizar su imagen de presidente que ayuda a sus conciudadanos y se ocupa desde el estado federal a socorrer a quien lo necesita. 

Para Mitt Romney esta situación es un torpedo directo a su principal argumento electoral: dejar actuar al sector privado que sabe hacer negocios. Demócrata o republicano, va a ser una cuestión de confianza en la persona más que ideológica. Los dos candidatos realizan enormes esfuerzos para convencer a los indecisos en aquellos estados que pueden desequilibrar la balanza. Para Europa, para España, el interés se fija más en Obama pero quienes votan mirando su bolsillo y su empleo son los norteamericanos.