Las acusaciones con el dedo han comenzado ya. Incluso desde la propia redacción de 'La Vanguardia' achacan a su director,
Josep Antich -que fue aupado al puesto por la intercesión de
Josep Piqué, según cuentan sus propios compañeros-, y a su editor, el
conde de Godó, haberse equivocado radicalmente en su apuesta por el independentismo de
Artur Mas.
En los ambientes periodísticos barceloneses se comenta que, incluso, ya hay nombres para sustituir al hasta ahora incombustible Antich, siendo uno de los más citados, desde hace semanas, el del corresponsal en Madrid Enric Juliana, que es una figura prestigiosa en los círculos políticos de la capital y no está tan 'quemado' como otras figuras de la redacción, que han seguido la deriva marcada, ahora, por el director.
En 'La Vanguardia' no se desmiente que el propio Rey afeó al conde de Godó, distinguido con la grandeza de España, la posición claramente prosecesionista del veterano periódico, que lideró el combate de los medios catalanes contra las revelaciones de 'El Mundo' sobre presunta corrupción de Mas y
Pujol.
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