El 4-D y el pacto por Andalucía

Hay que ver la que le ha entrado a todos por pactar, por llegar a acuerdos, por renovar esos convenios marco por los que empresarios y sindicatos se reparten los escasos cuartos que le quedan aun a la Junta. La excusa esgrimida es una fecha que muchos habían olvidado por pura conveniencia y que marcó un antes y después, con muerto incluído, en el proceso autonómico del Estado español. El 4 de diciembre de 1977, hace ahora treinta y cinco años, decenas de miles de andaluces se echaron a la calle en las ocho provincias para exigir una autonomía plena al mismo nivel que las comunidades históricas de Cataluña, País Vasco y Galicia. Aquella masiva movilización, auspiciada sobre todo por el Partido Andalucista (entonces PSA) al que se le unieron otras formaciones de izquierda fue todo un revulsivo para la sociedad andaluza que comenzó a tomar conciencia de su propia identidad, ratificada dos años  y pico después, el 28 de febrero de 1980, en un referéndum manipulado que logró encontrar un resquicio en la recientemente aprobada Constitución española (a través de su artículo 152) para que Andalucía alcanzara una autonomía plena similar a la concedida a las nacionalidades históricas. 

Pero a lo que íbamos. Aquí nadie ha querido acordarse del 4-D durante muchos años porque suponía darle un protagonismo a un pueblo que había decidido reiteradamente, durante más de tres décadas, concederle su apoyo en las urnas a una fuerza política escasamente nacionalista, el PSOE, que se encargó de ir anestesiando cualquier aspiración de autogobierno. Por eso, cuando ahora los socialistas, junto a los sindicatos y los empresarios, se ponen al frente de las reivindicaciones andalucistas y de defensa a ultranza del Estatuto de autonomía como solución de todos los males a muchos se nos queda cara de tonto. ¿Dónde estaban los "griñaninis" que tanto elogian ahora el 4-D en 1978? Posiblemente ni Susana Díazni Mario Jiménez habían nacido aún y todas las referencias que tienen de aquella fecha las hayan leído en algún manual del partido. ¿Y dónde estabaPepe Griñán, que ya contaba con 32 años de edad? Sinceramente yo no lo vi cuando en la Plaza Nueva de Sevilla se armó la trifulca entre los manifestantes y los niñatos fascistas de Fuerza Nueva. Ni cuando la Policía cargó por la calle Tetuán, ni cuando en Málaga fue tiroteado el jovenManuel José García Caparrós cuando trataba de colocar una bandera de Andalucía en el edificio de la Diputación.

Ayer las llamadas fuerzas sociales coincidieron en un desayuno organizado por el Foro Nueva Economía, Tribuna Andalucía. Santiago Herrero, presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Manuel Pastrana, secretario general de la UGT-A, y Francisco Carbonero, secretario general de CC.OO.-A coincidieron en pedir a la Junta un urgente pacto andaluz contra la crisis y por el Estatuto. A mí, que quieren que les diga, ese pacto me suena de nuevo a un IX Acuerdo de Concertación Social, al que tan aficionado es Pepe Griñán, para repartirse otros miles de millones que, como los anteriores acuerdos, no volverán a servir ni para crear un solo puesto de trabajo, tal y como se ha demostrado con el VIII, que firmó Griñán con empresarios y sindicatos hace ahora tres años. Gracias a él, Andalucía ha pasado de tener ochocientos mil parados a superar con creces el millón doscientos mil. Eso si, patronal y sindicatos han podido embolsarse sus buenos millones de euros dando cursos de formación a los parados. 

El colmo de la desfachatez lo ha vuelto a conseguir el vicepresidente de la Junta y coordinador general de IULV-CA, Diego Valderas, a quien se le ha ocurrido pedir un referédum para que el pueblo andaluz ratifique en las urnas el "pacto por Andalucía". Yo pensaban que para Valderas, el pacto por Andalucía se había firmado ya tras las pasadas elecciones andaluzas de marzo cuando él y Pepe Griñán ratificaron los acuerdos del bipartito PSOE-IULV-CA para repartirse los sillones de la Junta de Andalucía. Que yo sepa ese es el único pacto que Valderas ha sido capaz de sacar adelante pese al rechazo de buena parte de sus camaradas. Y bien que le está aprovechando. Diego, hijo, cada día te pareces más a papá Griñán. Solo te falta acudir a los conciertos de ópera en el Teatro de la Maestranza, donde, por cierto, van a representar dentro de poco el Sigfrido de Wagner. A lo mejor te convendría asistir para que vayas aprendiendo...a cantar, aunque sea el Himno de Andalucía. 

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