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El petróleo del Cervantes

El petróleo del Cervantes

miércoles 05 de diciembre de 2012, 13:14h

         Hace más de ochenta años Pablo Neruda escribió el memorable verso "el día lunes arde como el petróleo"  y ahora Fernando R. Lafuente, que brilla con sus artículos periodísticos y con su oratoria heredera del magisterio de Demóstenes, ha escrito que el idioma es el petróleo de España. Frase tan feliz no podía escapársele a Luis María Anson que, en un artículo reciente, le ha dedicado a Fernando R. Lafuente un epinicio - un canto de victoria - porque esta metáfora resume del modo más feliz lo que es el castellano, un pozo inagotable de riqueza comunicativa y de riqueza económica.

        El Instituto Cervantes, que tiene poco más de 20 años de existencia, lo que demuestra hasta qué punto han sido incultos e ineptos en el terreno de la economía los gobiernos de España al haberlo creado tan tarde, acaba de publicar en Espasa una joya absoluta: El libro del español correcto. Claves para hablar y escribir bien en español. El libro es para cualquier persona que esté interesada en mejorar su manera de expresarse oralmente con sus congéneres que, como él, son nietos de chimpancés; y también de expresarse por escrito porque todo el mundo, "temprano o tarde", como escribió en un verso Luis Cernuda, que no escribió "tarde o temprano", que es lo que decimos siempre, tiene que expresarse, al menos, alguna vez, por escrito.

            "Siempre la claridad viene del cielo", escribió también el magnífico poeta zamorano Claudio Rodríguez, lo que nos obliga a concluir que también siempre la oscuridad nos viene del estructuralismo, que ha sido el infierno intelectual del siglo XX. Las toneladas de terrorífica prosa que generó en el mundo occidental el estructuralismo - y, sobre todo, en el campo de la lingüística - han sido lo que ahora se llama daños colaterales de la Primera y de la Segunda Guerra Mundial. El libro del español correcto, del Instituto Cervantes, es un prodigio de claridad que se lee  con placer incluso en las secciones dedicadas a la pronunciación y a la prosodia, que suelen ser de una aridez insufrible en la mayoría de los manuales.

            El libro está dividido en cinco secciones como los cinco goles que, el sábado pasado, le metió el Madrid al Mallorca para bien de Osasuna: escribir correctamente, hablar correctamente, el español normativo, modelos de textos, herramientas y recursos. Y allá ya por la página 500 y pico tiene un utilísimo índice de expresiones y materias, que, no obstante, hay que leer con precaución porque a mí estuvo a punto de bajarme la moral el mismo día que empecé a leer este libro. Era la víspera de un viaje a Pamplona y, en ese índice de expresiones y materias, encontré el tema "hablar en público", que me interesó máximamente porque, en ese viaje, iba a dar una conferencia en el IES Julio Caro Baroja, donde, por cierto, don Julio está inmortalizado, en el vestíbulo, con un busto firmado por Mario Pérez de Zabalza, exalumno de este centro,  y yo quería triunfar como acababa de hacerlo Osasuna, por 0-2,  en el campo del Levante.

       Empecé a leer - y con congoja -  lo que El libro del español correcto dice sobre las estrategias para hablar en público explicadas en cinco apartados: preparar el discurso - ¿había preparado suficientemente mi intervención o debería seguir trabajando toda la noche? -, organizar el discurso - ¿había estrategia y orden militar en mis frases? -, gestión del tiempo - ¿había minutado mi conferencia? -, el ingenio y el humor - ¿les contaría el chiste de "¿cómo se dice Cristiano Ronaldo en Japonés?: Kasi Messi"? - y tópicos y frases hechas. Estaba ya a dos pasos del Gólgota  y, para no seguir por la vía del masoquismo, me salté el apartado de recursos retóricos que El libro del español correcto me recomendaba.

            El libro del español correcto  no debe faltar en ninguna biblioteca pública. Lo disfrutará cualquier persona que ame el español. Y es especialmente recomendable para los independentistas de cualquier región de España que no logran enterarse de que hablan y escriben la segunda lengua del mundo que les permite comunicarse y hacer negocios con 500 millones de hispanohablantes.

 


Sexo,religión y fútbol para hacer reir al lector en los 'Cuentos reunidos' denuestro colaborador Ramón Irigoyen

www.ramonirigoyen.com

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