viernes 11 de enero de 2013, 17:02h
No solo las guerras son las parteras de la Historia. También hubo
regímenes que cayeron en épocas históricas en las que algunos países
tuvieron la desgracia de estar en manos de castas políticas
corruptas. La corrupción pudre la democracia. No hay día que no
trasciendan nuevos casos o datos nuevos relacionados con historias de
políticos corruptos, de gentes que han utilizado el cargo o su posición
en el entramado de los partidos, para enriquecerse cobrando comisiones o
recibiendo trato de favor en la compra de inmuebles.
Por desgracia, la
actuación de jueces y fiscales no apareja la diligencia exigible en la
resolución de los sumarios relacionados con asuntos de corrupción. El
resultado es conocido: demoras que eternizan los procedimientos
dificultando la obtención de pruebas o prescripción de los delitos. La
conclusión de este estado de cosas -como reflejan las encuestas-, está a
la vista de todos; desnuda en medio de la plaza pública, pero quienes
deberían combatir estas prácticas miran hacia otra parte y hacen como
que solo ven aquellas corruptelas que resultan infamantes para sus
enemigos políticos. Señalo a la clase política, pero, ¿qué decir de los
empresarios (contratistas, constructores, etc) que corrompen para
obtener contratos de obra pública? Pocos escapan a este juego que con la
voracidad de las termitas y la tenacidad de los topos está minando
nuestro actual sistema democrático. Sistema que también se resiente -y
mucho- con el ingente fraude fiscal y los trucos de la ingeniería
contable destinada a escaquear las obligaciones con el Fisco.
Señalar estas cosas no es alarmismo. Denunciar estas cosas en un
país en el que al tiempo que los poderosos exhiben sin recato su poder
-consiguiendo impunidad para algunas de sus fechorías- cerca de seis
millones de personas están en el paro y algo más de dos millones viven
por debajo de lo que eufemísticamente hemos dado en llamar "el umbral de
la pobreza", es un deber cívico. El malestar social de fondo que está
fermentando y que, de momento, cursa en forma de manifestaciones de
protesta gremial desplaza mucho más agua de la que se aprecia a simple
vista. No quisiera exagerar, pero, si las cosas no cambian, si quienes
han provocado la crisis financiara no pagan en los tribunales, si los
partidos políticos no cortan de raíz con las financiaciones ilegales y
si quienes, por su alta magistratura y encomienda, no son ejemplo de
conducta, cualquier chispa social puede generar el gran incendio que
pondría en peligro la continuidad del sistema. Por no hablar de
hundimiento.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (2)
16949 | kroker - 13/01/2013 @ 21:13:44 (GMT+1)
Por encima de ideologías, de filias y fobias, de sectarismos políticos, y ciega obediencia al partido; los que no viven, medran o progresan gracias al carnet o el amiguete de turno, que son la mayoría de los ciudadanos, empieza a anidar un hartazgo generalizado de la clase política, y de todos aquellos que viven y medran gracias a ella.
Ni los conservadores ni los socialista (que son ambos los mayoritarios), están libres de culpa; unos más que otros, depende el lugar donde han detentando el poder. Y digo detentado, porque a pesar de haber ganado elecciones, eso no da carta blanca para hacer lo que venga en gana. Pero tampoco está libre el Poder Judicial, que por encima de ideologías personales, se deben Jueces y Fiscales al Imperio de la Ley; no ha sido así, y por tanto, son cooperadores necesarios en todo este embrollo.
Acabo de escuchar una noticia, en la que dicen que si recuperara todo el oro y la plata que hay en los pecios de la costa española, que a lo largo de los siglos se han producido, se recuperaría algo así como 100.000 millones de euros. No creo que haga falta llegar a ese extremo, pero extrapolando esto al FRUDE FISCAL, no sé si serían tantos o más los millones de euros a recuperar.
Ninguno de los partidos mayoritarios, en estos 35 años de democracia se ha tomado en serio el fraude fiscal; bueno sí, se ha tomado en serio el pequeño fraude que pueda realizar un autónomo, o el tendero de la esquina, pero no el gran fraude de miles de millones de euros, que año tras año estas personas sisan al resto de la Nación que con su trabajo les hace ganar tanto dinero.
Si el sistema no cambia en cuanto a los partidos, no cambiará la corrupción, sino cambia la corrupción, seguirá habiendo fraude fiscal; si sigue el fraude de grandes proporciones el país no saldrá adelante. Con lo que el Estado ROBA hoy a los depauperados ciudadanos, ya no da para mantener un sistema engolfado y corrupto.
16913 | Cuquiña - 12/01/2013 @ 01:08:14 (GMT+1)
Es una gran alarma la que sentimos, acabo de estar don doce personas hace una hora y todas nos sentíamos igual, abrumadas por la corrupción de tanta gente que se queda con el dinero de todos, o que se hace leyes para cobrar, después de salir de su cargo, poniéndose despachitos, secretarias, chóferes, etc. corrupción o cara dura. Hay casi seis millones de familias en situación muy precaria y muchos se lo están llevando crudo, o están cobrando por vivienda 1.800 euros además de sus sueldos, cuando tienen casa en Madrid, este parece un país de miserables e indecentes, esto se tiene que acabar, porque hemos llegado muchos al punto de saturación
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