España en el Sahel

El Gobierno español financia las misiones internacionales con créditos especiales pero no puede mantener los gastos que ocasionan en territorio nacional. Es una realidad que cuentan altos mandos militares y que se ha confirmado en la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para el año 2013. Por eso, la posición española ante la intervención francesa en Mali ha sido de apoyo político pero reiterando que su aportación se limitará a la formación e instrucción del desastroso Ejército maliense.

La preocupación en el seno del Ejecutivo de Mariano Rajoy y en los Servicios de Inteligencia es muy elevada desde hace meses y, en reiteradas intervenciones, el ministro de Asuntos Exteriores y el de Defensa han advertido de la necesidad de parar el despliegue de los yihadistas en el norte de Mali y en el resto de la región del Sahel que incluye a otros países débiles como Mauritania, Níger, Chad y Sudán. La instalación de un régimen islamista que impone la sharia como ley que rige la vida de las personas y que dispone de un territorio para organizarse y lanzar sus ataques al exterior representa una amenaza muy grave para el norte de África, para Europa y para Estados Unidos. La desestabilización de Marruecos, Argelia, Tunez o Libia tendría una repercusión directa para el sur de Europa por el riesgo de que se registre una oleada de inmigración masiva.

La realidad del Sahel debe provocar una aproximación estratégica entre Marruecos y Argelia, los vecinos enfrentados por el Sáhara y que deberían valorar en su justa medida la amenaza que enfrentan. Los puntos de vista sobre la postura a seguir también son dispares y Argelia dejó fuera a Marruecos de un grupo de acción de los países afectados. El presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, no era partidario de la intervención europea hasta que recibió la visita del presidente francés, Francois Hollande, hace unos días con información confidencial sobre las intenciones de los yihadistas que se preparaban para la ofensiva hacia el sur para controlar todo Mali. No va a ser sencilla la intervención francesa porque los yihadistas disponen de armamento moderno, conseguido en Libia, y pretenden plantar cara. España, a pesar de los problemas económicos, debería tener una participación más destacada.