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Sin periodistas no hay democracia

Sin periodistas no hay democracia

martes 29 de enero de 2013, 16:12h
Ha sido el lema del último San Francisco de Sales, patrón de los periodistas. La conmemoración del 24 de enero tenia poco de celebración y mucho de entierro por una profesión que en sólo tres años ha sufrido como ninguna otra las consecuencias de la crisis económica. Casi diez mil profesionales han sido puestos de patitas en la calle con el consentimiento tácito de unos Gobiernos (el de Zapatero y el de Rajoy) que han permitido y pagado reconversiones en empresas privadas con la misma alegría con la que le hemos dado miles de millones de euros de nuestros impuestos a la Banca para que arregle sus despilfarros y su mala gestión. Si los directivos de las cajas de ahorros se han ido a sus casas con varios millones en el bolsillo, los gestores de las empresas de comunicación en crisis no han sido menos y algunos que yo me sé se han retirado con indemnizaciones millonarias tras una nefasta gestión. Más que expertos en gestionar medios de comunicación, son meros desmanteladores de empresas que lo mismo les da producir periódicos que botellines de cerveza o automóviles. Claro que como toda regla tiene su excepción, también hay famosos y excelsos periodistas que se han pasado de bando y han traicionado a sus compañeros sin que les tiemble el pulso. Que se lo pregunten por ejemplo, a las decenas de profesionales de Prisa que ha sido despedidos.

"Sin periodistas, no hay periodismo. Sin periodismo, no hay democracia" rezaban las chapas de exhibían numerosos profesionales de la información en la festividad de su patrón. Como lema no está mal pero solo con él como arma de protesta estamos condenados a ser los chivos expiatorios de la crisis de los medios. Mientras los grandes grupos de comunicación (Prisa, Vocento, Unidad Editorial, Grupo Joly, Planeta o Mediaset, entre otros muchos) estén en manos de entidades financieras o multinacionales a quienes la información como tal se las trae al pairo, el periodismo, entendido como profesión vocacional al servicio de la sociedad, está condenado a muerte. Los actuales gestores y consejeros delegados de los principales periódicos, emisoras de radio y cadenas de televisión, provenientes casi todos ellos de empresas que poco o nada tienen que ver con la comunicación, han decidido apostar por los recortes para cuadrar sus números. Unos recortes que van dirigidos principalmente a sus redacciones y a aquellos periodistas con experiencia y agenda que, según ellos, les salen más caros. Si un redactor jefe con más de veinte años de trabajo a sus espaldas tiene un sueldo mensual de tres mil euros, se prescinde de él a través de un ERE y, en su lugar se coloca a un par de becarios jóvenes que cobrarán menos de mil euros, si es que los cobran, y además, su seguridad social está subvencionada por el Estado. Negocio redondo. ¿Que el medio pierde calidad? Nos importa un bledo. Aquí no somos hermanitas de la caridad ni defensores de la información, somos tiburones de las finanzas. El caso es llenar las páginas o los minutos de emisión lo más barato posible aunque sus contenidos sean pura basura.

Por todo ello si hay algo que se sigue indignando en los actos que organizamos los periodistas es que éstos los presidan altos personajes de la política, ya sean ministros, presidentes de la Junta de Andalucía o alcaldes. ¿Qué pintan allí? Si hay que dar un premio a un compañero, que lo entregue el presidente de la correspondiente asociación de la prensa y no Pepe Griñán o Juan Ignacio Zoido. Pero, claro, seguimos dorándole la píldora al poder porque llevamos años haciéndolo y se nos pierde el culo tras el político e turno. En el fondo somos unos pardillos, unos mucho más que otros, a los que se nos gana con unas palmaditas en la espalda, un abrazo o una confidencia a media voz, igual que hace medio siglo se nos ganaba con un canapé, con un jamón de pata negra o con un sobre al estilo Bárcenas.

La pregunta del millón es ¿hacia dónde nos encaminamos?¿cuál va a ser el futuro del periodismo en las próximas décadas? Pues viendo lo que está ya ocurriendo en las redes sociales parece que aquí todo Dios va a ser periodista a través de Twiter o de los blogs. Lo de menos es que sepan escribir o contar noticias con tal de ser protagonistas. Y la pena es que todos los años miles de jóvenes con vocación desperdicien varios años en asistir a unas facultades universitarias en las que lo único que les enseñan es a formar parados. "Sin periodistas no hay periodismo. Sin periodismo no hay democracia" Ja. Que me parto y me troncho. Sin periodistas lo que no hay ni habrá es buen periodismo. Y punto. Y lo de la democracia más vale que lo dejemos para otro artículo porque es una pura boutade  
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