Hilary Clinton quiere cumplir 60 en la Casa Blanca

 Hillary Clinton no tiene reparos en confesar cuál será el deseo que pedirá mañana cuando cierre los ojos y sople las 60 velas de su tarta de cumpleaños: convertirse en la primera mujer presidente de Estados Unidos.
"Obviamente deseo y espero ganar", asegura en una entrevista que publica hoy el diario Daily News, en la que deja claro que hará "todo lo posible" para que su deseo se convierta en realidad.
Aclara, de todos modos, que no llega sólo con desearlo.
"Se consigue con trabajo duro", insiste una Hillary cuyo rostro empieza a delatar el implacable paso de los años.
Los 60 la encuentran, de todos modos, en "un buen momento", uno en el que dice haber encontrado el punto de equilibrio.
La edad parece haberle dado, además, la paciencia que nunca la acompañó, pero no ha mermado esa energía inagotable que la hace especial y que deja a menudo sin aliento a asesores 30 años más jóvenes que ella.
"Tengo la suerte de tener buena resistencia", proclama Hillary, quien amaneció el lunes en California, el martes en el estado de Washington y el miércoles se paseó por Colorado, los pasillos del Senado estadounidense y Iowa, en una semana que culmina con una fiesta de cumpleaños por todo lo alto.
Esta noche Billy Cristal presentará en el teatro Beacon de Nueva York al rockero Elvis Costello en un evento político por excelencia para el que se han agotado las entradas y en el que Hillary espera recaudar más de un millón de dólares.
Y aunque no está previsto que en vísperas de su cumpleaños aparezca en el escenario acompañada de Bill Clinton, sí ha dejado claro que el suyo es un matrimonio feliz.
"Conozco la verdad de mi vida y de mi matrimonio, de mi relación y de mi profunda e inclaudicable amistad con mi marido", señaló en una entrevista que publicará la revista Essence en su número de noviembre y que ha adelantado ya en su página web.
Además, asegura que pese a las infidelidades de Bill nunca se planteó la posibilidad de divorciarse y sostiene que el suyo es un marido romántico, al que le gusta sorprenderla con regalos.
Sally Quinn, la singular reportera de The Washington Post, esposa del legendario director que guió en el diario el escándalo del Watergate, Ben Bradley, que sigue de cerca los pasos a Hillary, afirma que esas calculadas declaraciones de felicidad conyugal tienen un claro objetivo electoral.
Pero reconoce que la estrategia es acertada.
"Funciona y no estoy hablando solo de los Clinton. Funciona para todas las parejas" en el mundo de la política, aseguró la periodista del Post a la cadena de televisión ABC.
Bill Clinton, por lo demás, tiene un "deseo simple" de cumpleaños para su esposa: el de que Hillary "tenga la oportunidad, como presidente, de hacer lo que le gusta más, ayudar a cada niño en nuestro país a alcanzar su potencial".
Para ver realizado su sueño, la senadora demócrata por Nueva York tendrá que superar no pocos escollos, entre ellos el de la reñida competencia de sus rivales demócratas y republicanos.
Por el momento, parece afrontar el desafío con buen humor: "Algunos amigos me han recordado que cuando llegas a mi edad es halagador el que tantos hombres te presten atención", bromeó esta semana en Iowa en referencia a sus rivales políticos.