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300 diplomáticos firman una carta contra la propuesta de Ley de Acción Exterior

Margallo, último ministro al que se le 'rebela' el colectivo gestionado por su cartera

Margallo, último ministro al que se le 'rebela' el colectivo gestionado por su cartera

jueves 14 de febrero de 2013, 18:58h
Nuevo frente abierto para el Gobierno. Después de las tensiones entre el sector educativo y el ministro Wert; el malestar en el sector de la judicatura con el ministro Gallardón y las protestas en el área de Sanidad dirigidas a Ana Mato, le llega el turno al ministro de Exteriores. Este jueves unos 300 diplomáticos han respaldado una carta que enviarán próximamente al ministro José Manuel García-Margallo en la que rechazan y muestran su "preocupación" ante la propuesta de Ley de Acción Exterior que pretende aprobar el Gobierno en las próximas semanas.
El borrador de la misiva lo respaldaban ayer al menos 277 secretarios de Embajada, la categoría más baja del Cuerpo Diplomático que agrupa a los profesionales noveles durante sus primeros años de carrera, y varias decenas de otras categorías.

Los firmantes de la iniciativa están especialmente preocupados por el papel que el anteproyecto de la ley concede al Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación en la coordinación de la acción exterior del Estado. En su opinión, la última versión del borrador de la ley al que han tenido acceso "no dota" a este departamento de "verdaderos instrumentos" para llevar a cabo esta coordinación de manera eficaz.

A ello contribuye el hecho de que Exteriores no tenga, bajo su punto de vista, "una posición suficientemente cualificada en el Consejo Ejecutivo de Política Exterior", órgano asesor del presidente del Gobierno al que la ley otorga un papel clave para asegurar la coordinación y la coherencia de la acción exterior del Estado.

Con la nueva ley este órgano, que ya existe en la actualidad, se abre a la participación de otros Ministerios que hasta la fecha no forman parte de él, como el Ministerio de Hacienda, que será el departamento encargado de aprobar la relación de puestos de trabajo para cada Embajada.

Que Exteriores carezca de iniciativa en este punto "compromete seriamente --argumentan los firmantes-- las funciones, el alcance y número de puestos destinados a la Carrera Diplomática en el corto y medio plazo", cuando este colectivo "ofrece, y tiene su razón de ser, en una específica preparación multidisciplinar orientada hacia el servicio exterior".

Otro de los puntos que preocupan a los firmantes es el paso atrás que la última versión del anteproyecto da en relación con versiones anteriores.

Si en textos anteriores, como el que adelantó Europa Press en diciembre, se proponía que las oficinas de la Administración se fueran integrando en la Embajada y que los diferentes agregados y consejeros dependieran orgánicamente del embajador, aunque pudieran seguir recibiendo órdenes de los Ministerios de los que procedan, las reticencias de otros departamentos han dado al traste con esta propuesta que partía de Exteriores.

En la última versión del anteproyecto, se establece que los agregados y consejeros dependerán jerárquicamente del embajador, al que asesorarán y asistirán, pero se mantiene su dependencia "orgánica y funcional" de sus respectivos departamentos "a los que corresponde su organización interna y dotación presupuestaria".


Se mantienen diferencias entre unos y otros cuerpos


Se cae así la pretensión inicial del ministro de homologar las condiciones de trabajo de todos los funcionarios en el exterior, en función de su categoría profesional y su puesto, en lo relativo a retribuciones, vacaciones y permisos, cobertura sanitaria y asistencia a la escolarización de los hijos, con independencia del departamento del que procedieran.


En este punto la ley se topó con la oposición del cuerpo de técnicos comerciales, dependientes del Ministerio de Economía, que temían perder capacidad adquisitiva e independencia. Hay que tener en cuenta que en la actualidad, algunos jefes de Oficinas Comerciales cobran más que el propio embajador.


Los diplomáticos que respaldan la carta lamentan este paso atrás pues consideran que "una adecuada ordenación del servicio exterior requeriría la homologación de las condiciones de trabajo de los funcionarios en el exterior".


Protestan además por no haber tenido acceso al borrador del anteproyecto de una ley que les "atañe de manera esencial" hasta el pasado 7 de febrero, cuando su opinión respecto del texto ya es, sospechan, "irrelevante".


Se quejan también de que el último borrador de la ley --ha habido una treintena de versiones-- "no recoge las enmiendas sustanciales propuestas" por la Junta de la Carrera Diplomática, los representantes elegidos por los profesionales del Cuerpo.


A finales del año pasado, tanto la Junta de la Carrera Diplomática como la Asociación de Diplomáticos Españoles, mayoritaria en el sector, ya hicieron llegar al ministro sus reservas con respecto a que la ley abriera la puerta a que el Gobierno nombre embajadores a profesionales no diplomáticos.


También se quejaban de que la propuesta de ley solo reservara en exclusiva a los diplomáticos los puestos de segunda jefatura de la misión y la jefatura de oficinas consulares.
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