La maquinista del general Rajoy

La secretaria general del PP debería programar una sesión de cine forum para  los principales dirigentes de su partido,  para los que están en el gobierno y para los que desde la sede central de la madrileña calle Génova, o desde los puentes de mando de las distintas autonomías, intentan convencer cada día a los ciudadanos de que todas y cada una de las medidas de durísimo ajuste que se están tomando son imprescindibles y que no existen otras si queremos que España salga del agujero en el que está metida.

Maria Dolores de Cospedal se ha convertido, posiblemente sin quererlo en una copia del gran Buster Keaton, y como el cómico norteamericano tiene que hacer de maquinista del general Rajoy, quien al igual que la locomotora que sirvió de base para la película de 1927, primero es secuestrada por los unionistas ( pongamos que ahora serían Angela Merkel y sus mas contumaces seguidores de Bruselas y Berlín ) con  la excusa de llenarla de provisiones para la guerra que están librando contra los sudistas ( pongamos que ahora serían España, Portugal, Grecia , Italia...y hasta la Francia del diez por ciento de paro ), y todo ello bajo el sonido de las barras y estrellas o de los 15 países del euro.

Keaton no habla en su papel de Johnnie Gray, pero sus caras lo dicen todo.  Así no puede mentir, ni en su amor por la locomotora, ni en su amor por la Annabelle que le margina por creerle un cobarde que no va a luchar al frente. Nuestra Keaton de hoy  está obligada a combatir de la misma forma, desde la retaguardia. Su general maneja el frente de combate con su estado mayor:, el que integran Soraya Sáenz de Santamaría, Luís de Guindos, Cristobal Montoro...y cuando habla obligada por las bombas que caen tras las líneas del frente, sus palabras salen ya atolondradas de su boca mientras sus ojos y la expresión de su cara dice todo lo contrario.

Por si faltaran protagonistas y argumentos a esta película en colores que rueda cada día el Partido Popular, con secundarios de lujo como pueden ser Luís Barcenas, Ana Mato y hasta el mismísimo Javier Arenas, siempre merecedor de un oscar por lo acertado que está en sus papeles de chico malo con cara de bueno,  Dolores de Cospedal tiene hasta su propio equipo de rodaje, el que le cubre las espaldas en la Castilla que gobierna y en la que ve como el nuevo liderazgo de ese alcalde de Zalamea que es el socialista Emiliano García Page empieza a hacerle sombra y a amenazar un "reinado" que creía haber conquistado para una década.

Los enemigos - que son los de dentro del PP- de la secretaria general están decididos a cerrarle el camino del futuro. No quieren que esté en la sucesión de Mariano Rajoy, sea cuando sea, dentro de dos o seis años. Para ello se conjuraron desde el Congreso de Valencia, lo volvieron a Hacer en el de Sevilla, y no pararán hasta que consigan que los dos cargos que ostenta, uno gracias al dedo de Rajoy, y otro merced a los votos de los castellano manchegos, se dividan y quede relegada a presidenta de una Comunidad de escasa incidencia en la vida nacional. Lejos sobre todo de Madrid, la Villa y Corte donde todo se decide y en la que cada día se "matan" unos cuantos futuros políticos.

En esa sesión de cine verían como el maquinista Johnnie Gray, primero libera a su "secuestrada" locomotora y a su amada Annabelle, parav luego, presionado por las circunstancias, acorralado por los adversarios que ven el tren lleno de provisiones a repartir, no encuentra otro remedio para evitarlo que incendiarlo y dejar que descarrile al lecho del rio. Antes destruido que en poder de los que pretenden lucrarse del suculento botín.

Luego, sonrientes y agradecidos por esa visión en blanco y negro, puede Dolores de Cospedal entrar en el coloquio, en el que a buen seguro participarán de forma entusiasta algunos barones territoriales como el extremeño Monago,  el gallego Feijóo y desde luego la madrileña Esperanza Aguirre, para luego  pasarles unas hojitas de encuesta con preguntas de si o no, para que pueda estudiarlas el oráculo Arriola y hacerle llegar al general de las tropas populares sus conclusiones y consejos para que no descarrile el tren en el que están montados.