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Periodismo no es escrache

Periodismo no es escrache

martes 09 de abril de 2013, 12:11h
Prepararos y ataros los machos colegas Carmen del Riego, Elsa González, Dardo Gómez y compañía. Ya podéis poner a los jurídicos a trabajar porque vienen a por nosotros y esta vez parece que van en serio. Nuestros líderes han decidido por fin tomar una iniciativa para acabar con la famosa desafección entre los ciudadanos y los políticos. Y lo tienen claro: resulta que nosotros, los periodistas, somos el problema y también la solución. Han llegado a la conclusión de que las legiones desordenadas de plumis, foteros y cámaras que hacemos guardia si o sí en Ferraz, Moncloa o Génova, por poner los escenarios más frecuentados, cada vez que ellos tienen una reunión que consideramos interesante para los ciudadanos no hacemos sino escrache. Presionamos e intimidamos y al parecer coaccionamos tanto a nuestros políticos cada vez que se ven entre ellos que no ya no tienen más remedio que reunirse de forma clandestina para poder arreglarnos el país con tranquilidad. Lo ha expresado a las claras el redimido -ya veremos por cuanto tiempo- Estéban González Pons en TVE: "Si en España falta algo es el diálogo privado entre nuestros líderes sin la presión de los medios de comunicación". Atenta la compañía, apuntaros queridos colegas el reproche: tanto les estamos presionando que ni hablar pueden, ¡pobrecitos!, entre ellos. El ideólogo de esta nueva clandestinidad en democracia parece ser el president Artur Mas. Y tiene su lógica, si le da igual acabar con la Constitución y la unidad de un país entero malamente va a tener remilgos en los tratos con los medios de comunicación. Lo malo es que el presidente Mariano Rajoy y el líder de la oposición Alfredo Pérez Rubalcaba le han secundado de forma entusiasta y se han  reunido con él por separado y en secreto lejos de los focos de las cámaras y de las preguntas de los periodistas. Debe ser su primera respuesta a las últimas encuestas que pronostican la caída libre del bipartidismo en el país.

En riguroso secreto parece que han hablado de déficit, presupuestos, la Constitución, su reforma o no, y quien sabe si de corrupción y familia real. Algo que no debe ser según sus apreciaciones muy del interés general, dado el sigilo en el que se han movido y la escasa información que nos han suministrado. Los estrategas de la no comunicación lo tienen claro. Con el silencio y el secreto tu manejas la información, la racionas y la sueltas cuando quieras y no tienes que dar más explicaciones de las que desees. Y además al no existir testimonio gráfico no necesitas emplearte a fondo con el photoshop y hasta puedes negar algún día el encuentro. Todos son ventajas en la propaganda sobre la comunicación, que ya lo descubrió Goebels hace mucho tiempo.

No ha pasado ni una semana desde que los compañeros de la FAPE, Federación de Asociaciones de Periodistas de España, se lamentaban de que nuestros políticos traten a los periodistas como comparsas y denunciaban "las ruedas de prensa sin derecho a preguntas, la reclusión de los periodistas en salas aisladas para evitar que las hagan, la asistencia a actos en los que su papel se limita a escuchar, los video comunicados y declaraciones en video blogs o en Twitter y demás enlaces de sonido y fotos con los que los políticos tratan de convertir la información en propaganda". El texto está aún colgado en la web. Queridos colegas,  ellos han movido ficha. Han dado un paso más: ya ni somos convocados cuando los líderes se reúnen. En esas convocatorias en las que, por cierto, la mayoría de las veces no comparecían ellos mismos, sino sus portavoces, para declamar un guión casi siempre consensuado previamente. Pero hasta esa minucia informativa parece que les molesta. La política empieza a convertirse en un conjunto de actos privados y el interés general se administra cicateramente y se convierte en interés particular de sus protagonistas. La razón es que sienten que les estábamos presionando y coaccionando demasiado.

Está en marcha la privarización de la política y la criminalización de los medios de comunicación. Molestan la luz y los taquígrafos, la foto y las imágenes en la que no estén seguros que van a salir guapos y bien colocados -que se lo digan a Alberto Núñez Feijoo- y las malditas preguntas, oiga, ¡es que estos periodistas no se cortan un pelo! Tentaros bien la ropa compañeros plumis, foteros y cámaras en general, nuestros líderes políticos piensan que no hacemos periodismo sino escrache. Ojo que no empiecen a movilizar a los policías y los fiscales en cuanto aparezcamos con bolígrafos, grabadoras y cámaras donde no se nos va a recibir bien. Parece que nuestros políticos no desperdician oportunidad para seguir escalando puestos en el ranking de preocupación ciudadana del CIS. Porque una vez más se equivocan, su problema no son los medios de comunicación sino los ciudadanos.
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