Rouco Varela, de visita en Almodóvar del Campo

 Haciendo un inciso en su peregrinaje, el presidente de la Conferencia Episcopal Española y el resto de su comitiva, en la que acompañaban el obispo de Ciudad Real, Antonio Algora, y el párroco anfitrión, Juan Carlos Torres, han sido recibidos por el alcalde de la localidad.

   Junto a José Lozano y otros miembros de su equipo de Gobierno, monseñor Rouco ha tenido ocasión de conocer el histórico salón plenario que presiden sendos retratos pictóricos de los dos santos naturales de la localidad, san Juan de Ávila y san Juan Bautista de la Concepción. Y también ha rubricado un mensaje personal en el libro de visitas honorables del Ayuntamiento.

   Durante su visita al edificio consistorial, el cardenal se ha interesado por los demás personajes relevantes en la historia del municipio, cuyos retratos jalonan el salón de plenos, así como por las lápidas que recogen palabras que en su día escribió el santo doctor relativas al papel de quienes gestionan la cosa pública.

   Antonio María Rouco ha querido destacar a lo largo de toda la jornada, ya fuera en declaraciones a los medios de comunicación o a la misa que oficiaría a la una de la tarde en el templo parroquial, la vigencia del mensaje del santo doctor de la Iglesia.

   Y por ello, ha instado a visitar su cuna natal, la localidad en la que le llegó la vocación de servicio a Dios y a los seres humanos, para "situar así a cualquier católico en el siglo XVI, que es uno de los veneros más frescos, más frescos y más fecundos de la historia de España".

   En relación a su consideración como patrón del clero secular español, el presidente de la Conferencia Episcopal ha reconocido que siempre ha sido un espejo al que asomarse todos los sacerdotes, en especial por ser "guía, estímulo y personaje que nos reafirma en nuestra vocación, cuya conciencia debe ser de una entrega total", ha dicho.

   Además, ha recalcado también el importante papel que representó para la Iglesia en su conjunto, con lo que ello también implica el conocimiento de su figura y doctrina en otros puntos de Europa, como por ejemplo en Alemania.

   Antes de dejar el ayuntamiento, los munícipes han entregado a tan ilustrísimas autoridades una selección de productos típicos de la localidad. Entre ellos, un tradicional hornazo en la víspera de su degustación que se acostumbra a compartir cada primero de mayo, fecha en la que se celebra la romería a Santa Brígida.