Pero, ¿quién hace las cuentas?

Nos acaban de decir que el déficit del Estado -no se equivoquen, cuando se trata de deudas acabamos pagando los de siempre, usted y yo- ha crecido un 2,38 por ciento en abril, supera al de hace un año y nos aboca a más recortes -también hay que saber que cuando se habla de recortes siempre se refieren a lo que nos van a quitar a usted y a mí- y que esto pinta mal. Muy mal porque presagia más agujeros al cinturón cuando sólo queda libre la hebilla.

Así que, si hacemos un resumen, resulta que, aparentemente, hemos reducido todos los capítulos del gasto privado -del público, menos-; nos han subido todos los impuestos, IVA incluido; han dado un recorte soberano a los sueldos de los funcionarios; están viendo cómo le meten el diente de sierra a las pensione; se vanaglorian de que han subido un montón las exportaciones y han caído las importaciones -lógico, ¿qué esperaban si no hay ni un euro para sobrevivir?-; se les llena la boca diciendo que nos cuesta menos endeudarnos; nos han puesto tasas al acceso a la Justicia, nos quieren cobrar las bodas y los divorcios y vamos a tener que pagar por documentos registrales que antes eran gratis o por acelerar el cumplimiento de las sentencias, que antes tardaban pero sin coste alguno... Sumen a eso el timo de las preferentes, los desahucios, la caída de las hipotecas nuevas... y resulta que nuestro déficit crece, que la subida de impuestos no sirve para recaudar más, sino menos: un 9 por ciento menos en los impuestos directos y un 4,3 en los indirectos. Caen el IRPF, el IVA, los impuestos especiales, el de sociedades, todos. Y eso me cabrea mucho, disculpen la expresión, no sólo porque es malo, sino por otros dos motivos. El primero, que lo mismo tienen razón Aznar y Esperanza Aguirre y vamos a tener que dársela. Y si no se la damos, nos lo van a hacer pagar con declaraciones y entrevistas allí donde toque. El segundo, que la solución de la izquierda es subir los impuestos. Y visto lo visto, quiebra segura.

Por subir, suben hasta los gastos de personal del Estado, después de hartarse de vendernos que no se renuevan contratos y de que se han eliminado nosécuantas empresas públicas, cientos de millones de asesores y no sé cuántas cosas más. Mentiras al por mayor. Y todo eso cuando el Gobierno, especialmente Rajoy, se harta de decirnos que esto va mucho mejor, que antes de lo que nos imaginamos, se verán los resultados de las cuentas. Será que van a aplicar técnicas de ingeniería financiera y contabilidad fina. Manda carallo. Ni siquiera son capaces de ponerse de acuerdo sobre el reparto asimétrico del déficit, como si el déficit fuera algo simétrico que, además, se puede aplazar sine die. Los políticos, que son simétricos hablan de asimetrías. Hace pocos años nos vanagloriábamos de ser unos de los países con menor deuda pública. Hoy ya no sabemos ni lo que debemos. Y encima nos crece el déficit. ¿Quién hace las cuentas, quién las revisa? Ya que nos tenemos que aguantar con los demás, vamos a tener que despedir al contable.

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