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¡Cómo me gusta tu nombre, soledad!

¡Cómo me gusta tu nombre, soledad!

lunes 01 de julio de 2013, 09:08h
Aliada  fiel y fuente de  inspiración  para poetas o    añorada meta para  montañeros, al tiempo que  desierto   tortuoso  para quien   se encuentra  metido de lleno en ella y la siente      como   indeseable compañera   de fatigas. Muchos  se   saben atados cuando, sin buscarla,   se dan de bruces con ella. Hablo de la soledad.

Miguel Mihura,   en una de sus obras   llenas  de humor y de   absurdo, Maribel y la extraña familia,  estrenada en 1959, coloca  a una pareja de personajes, Don Fernando y Doña Vicenta, visitando  a  Doña Paula,  hasta que, llegado el momento de la despedida, la anciana pide a la pareja  que esperen un poquito. En unos momentos, monedero en mano, hace efectiva la contraprestación  acordada por la visita, cincuenta pesetas. Vamos que, por si aún existía alguna duda,  se trataba de una  visita  de pago.

Unos años más tarde, Fernando León de Aranoa en    Familia (1996) el personaje que encarnó  Juan Luis Galiardo,  en  el día de su 55º cumpleaños, para aliviar su soledad contrata a un grupo de actores para que se haga pasar por su familia en día tan señalado.   


Bien pensado -hagamos aquí un hueco a la escuela  filosófica griega de los cínicos - , no hay forma mejor  de asegurarse compañía  y, además, por el tiempo justo y con el nivel de   interlocución  esperada, ya  que  la fórmula no ofrece más que  ventajas  porque  en el precio, por supuesto,   debe de estar incluida la imposibilidad de llevar la contraria  a  los anfitriones, es decir, a los pagadores   y, además,   con  la ventaja de  tener  por delante un  horizonte   concreto, determinado,  de visita   directamente proporcional  al tiempo contratado.
 
Hoy por hoy
Lo que hace  unas décadas era contemplado como  una situación  surrealista, que hacía   desternillarse a los espectadores, hemos podido verlo  ya   transformado  en realidad  y puesta en el mercado de los mercados  que  es ahora internet.  En  la red, en efecto, pueden  encontrarse  empresas  que  dan este y otros servicios   más surrealistas aún que el que proponía   el autor  español del teatro del absurdo,  o el entonces  joven director  de cine León de Aranoa pero  seguro  que ninguno  de ellos  llega a  gente  mayor que, entre otras cosas, ni  sabe, ni  quiere, ni  -probablemente- puede  acercarse  al teclado y a la pantalla del ordenador  para  asomarse  a ver en qué consisten esos servicios  que le hacen a uno   creer  que no está solo  y, sobre todo, a qué precio conseguirlos.

En Barcelona, hace algunos meses,  descubrí una actividad   de voluntariado civil  que podría denominarse algo así como   servicio de "detectores de soledad". Se trata de  un buen grupo de  voluntarios -hombres y mujeres, por supuesto-   que, literalmente, peinan Barcelona en busca de ancianos que viven sin compañía. El programa    social implica  también a vecinos y comerciantes para que vigilen el  día a día de los ancianos detectados  para poder acudir en su ayuda  cuando  las circunstancias lo requieran. La  actividad, además,  se realiza  en colaboración con los servicios sociales del ayuntamiento de la Ciudad Condal.

Miles y miles  de hombres y mujeres mayores darían parte de su pensión por  tener compañía diaria y  no son capaces de encontrarla. Lo mismo  Vd., que  comparte  rellano   o  edificio con  algunos de esos ancianos, puede convertirse   a partir de hoy  en su tabla  de salvación. No se quede con la duda. Llame un día a su puerta o abórdelos  a la entrada  de casa, cuando se encuentre con ellos. Se lo agradecerán eternamente.

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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