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Adiós con el corazón, que con el alma no puedo

Adiós con el corazón, que con el alma no puedo

miércoles 24 de julio de 2013, 08:10h
Como es habitual, El país, su portavoz oficioso en Andalucía lo adelantaba a primeras horas de la tarde de ayer. El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, abandonará su puesto en las primeras semanas de septiembre dejando a su delfina, la consejera de Presidencia e Igualdad, Susana Díaz, a cargo del tinglado de San Telmo. La noticia no sorprendió a nadie porque todos sabíamos que el final estaba cerca, pero sí parece que le han entrado las prisas antes de que el interventor general, Manuel Gómez, quien ya le acusó en la Comisión de Investigación de no haber hecho caso a sus denuncias de irregularidades sobre los EREs, comparezca ante la juez Mercedes Alaya el próximo jueves. Aunque parezca extraño, Pepe Griñán sigue manejando los tiempos a su antojo. marcando el calendario de la oposición y no dejándola planear su estrategia. El hecho de anunciar su retirada a una semana escasa del inicio de las vacaciones de agosto está estratégicamente pensado y medido. Por más empeño que pogan algunos, el supuesto escándalo y la consiguiente crisis de Gobierno que provocará la marcha del presidente de la Junta de Andalucía, va a quedar solapado por ese mes muerto que es agosto en el que los políticos se van a la playa y casi todos los medios de comunicación enfocan sus informaciones a temas de menor trascendencia.

Pepe Griñán, como Franco, ha dejado todo atado y bien atado. Y su inmediato superior, Alfredo Pérez Rubalcaba ha comulgado con la rueda de molino que le ha vendido Pepe. En torno a un pescado a la plancha y a un entrecot en un restaurante madrileño, Rubalcaba, Griñán, Mario Jiménez y Elena Valenciano sellaron la sucesión sin que nadie pusiese un pero. A partir de ahora, el referente de los socialistas andaluces será supersusana a quien el Comité Director del PSOE-A ratificará como candidata a la Presidencia de la Junta en los proximos comicios previstos, en principio, para la primavera de 2014, cuando la actual Legislatura llegue a su ecuador. Hasta entonces, Susana tiene tiempo de sobra para darse a conocer como candidata desde ese idóneo trampolín que es la jefatura del Gobierno andaluz. Por si había salido poco en Canal Sur, a partir de septiembre vamos a tener a Susanita hasta en la sopa.

Viendo desde la distancia lo ocurrido desde que Manuel Chaves se fue a Madrid, reclamado por Zapatero, hace ahora algo más de tres años, se comprende medianamente la estrategia seguida por Pepe Griñán. La juez Mercedes Alaya había comenzado entonces la investigación del caso de los EREs fraudulentos y aunque los socialistas no le dieron mayor importancia al inicial Caso Mercasevilla, poco a poco, gracias ala tesonera y minuciosa instrucción de Alaya, se ha visto que la trama podría llegar a ser la tumba de la hegemonía socialista e Andalucía. Así lo creyó en su momento el entonces líder del PP-A, Javier Arenas, mientras algunos de sus asesores le desaconsejaban que evitase aludir el Caso de los EREs en su campaña.de las elecciones andaluzas del 15.J. Posiblemente el cocido aún no estaba en su punto como ocurre en estos momentos, pero no cabe duda que era la clave para desalojar al PSOE de la Junta después de casi cuarenta años de mandato ininterrumpido.

Cuando Pepe Griñán heredó la Presidencia de la Junta de manos de Manuel Chaves en la Semana Santa de 2010, sabía que los EREs podían complicarle la existencia. Por eso ha tratado por todos los medios posibles de entorpecer la instrucción de Alaya. Una carambola inesperada propiciada por las medidas de recorte del Ejecutivo de Rajoy le dio en 2012 la Presidencia de la Junta racias a su pacto con IULV-CA pese a sacar menos votos que el PP. Desde entonces Pepe Griñán está en un vivo sin vivir en mí esperando que el día menos pensado salga el auto de la juez Alaya imputándole. Las alarmas se han encendido y puesto en rojo el día en que la juez imputó a la ex consejera y ex ministra Magdalena Álvarez y a una veintena de altos cargos en ejercicio. Entonces ya sabía que, antes o después, le iba a tocar el turno a él. Así que preparó minuciosamente la sucesión que ahora ha llevado a cabo.

La pena de Pepe es que, pese a su autoestima y su exquisitez no ha llegado a conseguir nada de lo que se ha propuesto. Nunca ha conseguido lo que el resto de sus antecesores, ganar una elecciones en Andalucía y va a acabar su mandato sin agotar la Legislatura y muy posiblemente implicado en el caso de corrupción poítica más escandaloso de la moderna historia de España. Todo un mérito. Por ello cuando se vaya, los andaluces le cantaremos aquello tan popular de "adios con el corazón, que con el alma (o lo que es lo mismo, la razón) no puedo". Adios, Pepe, que te vaya bien y recuerda el refrán español que dice que "otros vendrán que bueno te harán".
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