¿El fin puede justificar los medios?

Una vez más se abre el debate social y profesional en cuanto a si realmente es necesario utilizar imágenes reales, pero dantescas, de los resultados de una catástrofe como la que hemos vivido recientemente tras el accidente ferroviario que se ha cobrado 78 víctimas mortales, con el fin de conseguir el noble objetivo de informar que tienen todos los medios de comunicación social. Se discutió en multitud de debates tras el atentado del 11 de Septiembre de 2001 y luego en relación con el siempre recordado del 11 de Marzo de 2004 en Madrid y el terremoto de Haití en 2010, por poner solo algunos ejemplos. Son muchos los que defienden que los medios tienen la obligación de transmitir la información totalmente fidedigna y real, y no seré yo quien esté en contra de estas afirmaciones. Pero...¿realmente es necesario utilizar la crudeza de las imágenes de personas fallecidas y de los heridos, que con frecuencia incluso pueden ser reconocidas por sus seres queridos? Yo no soy periodista, pero después de 30 años trabajando al lado de grandes profesionales de los medios, a los que que siempre tendré presentes como "maestros", creo que puedo afirmar sin miedo a equivocarme que "el fin no puede justificar los medios" y que en éste, como en otros casos similares se puede estar vulnerando la deontología periodística. De todos modos, también hay quienes justifican la emisión de estas crudas imágenes, porque como en el caso de Adrián, su madre pudo identificarle a través de la televisión y saber que su hijo estaba vivo, aunque como es lógico desconocía el alcance de su gravedad.

No se puede justificar, ni desde la ética en general ni desde la deontología profesional del periodismo, la utilización de las imágenes dantescas que algunos medios están utilizando una y otra vez para cubrir la triste noticia del accidente ferroviario de Santiago de Compostela. La propia presidenta de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España, Elsa González, acaba de volver a recordarnos una vez más, que "el periodista debe añadir siempre un plus de responsabilidad a la información que transmite y no vulnerar en ningún caso la ética y la deontología profesional". Al mismo tiempo Elsa, una gran indiscutible profesional, también nos recuerda que "nuestra primera obligación es no dañar y luego ayudar", algo que personalmente nunca me ha costado entender en el lenguaje de los medios, porque nuestro juramento Hipocrático en Medicina comienza con el conocido por todos "Primun non nocere", es decir, "lo primero, es no hacer daño". Y después de escuchar una gran multitud de testimonios y no solo de las familias de los afectados, estas imágenes nos está haciendo daño a muchas personas.

Y no se trata de censurar la libertad de expresión de nadie y por supuesto que tampoco de los medios de comunicación social, porque nuestra Constitución regula este derecho en el artículo 20. Pero quizá también sería bueno recordar a los directores y editores de todos los medios de comunicación, que el punto 4º de este mismo artículo, establece el límite de este derecho "en la defensa del honor, la intimidad y a la propia imagen".

En definitiva y al menos en mi opinión, nunca está justificado el hecho de utilizar imágenes dantescas, por muy reales que sean, para conseguir el objetivo de transmitir una información precisa de lo sucedido, en los diferentes medios de comunicación social. La ética y la deontología profesional son valores que nunca deberíamos pasar por alto en ningún caso, algo que defendía Enrique Beotas, un gran profesional de los medios, un "periodista de corazón" como él mismo se definía, que se nos ha ido en este trágico accidente y del que todos los que nos dedicamos a la comunicación en salud hemos podido aprender mucho de sus enseñanzas, sobre todo en su famosa Rebotica, un clásico de salud en la radio española.


Dr. Jesús Sánchez Martos
Catedrático de Educación para la Salud
Universidad Complutense de Madrid