Insólita autodestrucción

Es increíble la capacidad de autodestrucción que tenemos los españoles. La terrible tragedia del tren Alvia descarrilado en Santiago de Compostela ha causado 79 muertos, ha destrozado la vida a 79 familias y ha provocado una profunda consternación en toda España, y especialmente en la capital gallega destino de peregrinos. La actuación de los vecinos de Angrois fue ejemplar y lo han demostrado de nuevo con la masiva afluencia al funeral presidido por los Príncipes de Asturias.

Lo que resulta indignante es la inagotable tendencia de algunos medios, tanto de comunicación como de presión, de destruir el prestigio de personas, industrias y, en definitiva, de nuestro propio país. En toda la vorágine de desinformación, trufada de información interesada, solo el testimonio voluntario de los supervivientes , de quienes ayudaron a las víctimas y de algún político que fue consciente de la deriva autodestructiva que tomaban los acontecimientos, ha estado a la altura de las circunstancias. No es serio, ni riguroso que se produzca un accidente de estas características porque, supuestamente, un maquinista se despistara y no existan medios técnicos para controlar el tren. 

Hay un planteamiento equivocado que trastoca la realidad: ni el tren, ni la vía eran de alta velocidad. Pero, algunos políticos se han empeñado en llevar el AVE a cada rincón de España en busca de unos cuantos votos de sus paisanos pero sin tener en cuenta el enorme coste que conlleva y los recortes que ha impuesto la crisis. 

Un tren AVE por una vía de alta velocidad nunca hubiera sufrido un accidente así, por tanto, la confusión en el lenguaje a la hora de describir lo que ha ocurrido le está haciendo un daño irreparable a una industria española puntera que nos ha costado desarrollar y exportar a otros países años, dinero y mucho esfuerzo y talento.  Si no se precisa, de manera convincente a nivel internacional, que el accidente de Santiago no tiene nada que ver la alta velocidad estaremos destrozando una industria boyante y creadora de puestos de trabajo y de valor añadido para España.  

Es imprescindible una investigación seria y rigurosa, ya, y dejarse de especulaciones interesadas. No a la autodestrucción.


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