Protuberancias glandulosas
lunes 24 de febrero de 2014, 10:44h
Hay
ciertas activistas de un colectivo denominado "Femen" que se desnudan en actos
públicos como propaganda de sus ideas. Tales feministas no parecen coincidir
con la tendencia general de feminismo a oponerse al uso del cuerpo femenino
como estímulo publicitario. Todos hemos conocido protestas del feminismo contra
campañas publicitarias, en algunos casos estéticamente bellas, por la
utilización que consideraban abusiva de la mujer como estímulo comercial destinado
a captar mercado en el sexo contrario. No parece que tales usos obedezcan a un
propósito consciente de menoscabar la dignidad de la mujer en distinto grado
que no se considera ofensivo para los hombres la utilización de varones
musculosos o esbeltos para estimular la atención de una potencial clientela
femenina. Ello no significa que tales sectores feministas no estén en su
derecho de pensar cómo piensan. Lo que sí es contradictorio es que las
activistas de "Femen" o similares utilicen su cuerpo pintarrajeado como soporte
publicitario de sus campañas políticas, dando por supuesto que sus desnudeces
producen un impacto efectivo en la opinión pública, cosa más que dudosa pues
quizá el impacto buscado resulta contraproducente.
Esta
utilización del cuerpo como "mujer-anuncio" llega al punto máximo de
contradicción cuando el desnudo femenino se pretende exponer contra un proyecto de Ley sobre regulación
del aborto. Tales desnudos parecen suponer o considerar especialmente
rompedoras las exhibiciones de sus protuberancias glandulosas académicamente
denominadas tetas, a juzgar por la colocación de los pintarrajos y la
preferente y desafiante exposición de tales protuberancias curvilíneas. No
piensan estas publicistas corporales que, precisamente, esas protuberancias son
el símbolo natural más explicito de una vocación de maternidad que se
manifiesta por la madura redondez de sus pechos-anuncio. Siendo sus
protuberancias glandulosas órganos para la lactancia de sus hijos son, por sí
mismas, un anuncio de que el cuerpo de la mujer está previsto para la
maternidad y no para malograrla.
No
necesitarían ser filósofas estas exhibicionistas para comprender que las
protuberancias de que alardean están hechas para alimentar inmediatamente en el
exterior a los seres que han estado alimentando previamente en su interior.
Consecuentemente, su exhibición publicitaria es el recordatorio más elocuente
de que la dependencia nutricional del nuevo ser es un proceso continuo en
relación con su madre y que ese eufemismo de la interrupción voluntaria del
embarazo sería un propósito de dejarlo morir por indefensión o desnutrición.
Por tanto, estas activistas callejeras harían mejor en guardar sus
protuberancias glandulosas cuando pretenden difundir sus ideas sobre decisiones
antinatalistas. Sea cual sea la consigna que pinten sobre sus pechos, un par de
tetas siempre simbolizará a la maternidad triunfante y no a su frustración. Las
protuberancias que se exhiben forman parte de una segunda fase del ciclo
biológico del comienzo de la vida humana y, consecuentemente, son lo menos
indicado para expresar un presunto derecho a eliminar la primera.
Ex diputado y ex senador
Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.
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elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
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