¡Si Cervantes levantara la cabeza...!
lunes 28 de abril de 2014, 07:54h
A
finales del mes pasado, el 112 de Ciudad
Real, bien entrada la madrugada, recibió una llamada
en la que un joven informaba a los servicios de emergencia que
una chica había caído a un pozo
de varios metros de profundidad. El accidente ocurría
cerca del parque acuático "Playa Park", una
de las zonas de botellón de las
más frecuentadas por los jóvenes manchegos.
Aunque el suceso
pudo acabar con las peores consecuencias, porque el
pozo tenía unos diez metros de
profundidad, la joven fue rescatada con
vida por los bomberos de la
comunidad, aunque con síntomas de
hipotermia y en estado de shock.
Para shock el que les dio a los bomberos que
la asistieron porque la encontraron, además de
mojada, sin ropa interior.
Las pesquisas
posteriores despejaron rápidamente
las dudas que se
cernían sobre el caso y, sin
necesidad de recabar los servicios internacionales de investigación de las
compañías de Agatha Christie o George Simenon (a través de
Sherlock Holmes o el comisario Maigret), o de otros servicios
más locales como
los de Francisco García Pavón, que
rápidamente habría puesto en
danza a Plinio para
resolver el insólito caso, la conclusión era clara: la joven cayó al pozo mientras mantenía relaciones sexuales con un chico sobre la
chapa de un pozo, de los varios
existentes en la zona, que acabó
cediendo y dando con los huesos de la
enardecida joven manchega en el abismo de un antiguo pozo de riego de la zona.
Lejanos están ya aquellos insólitos
y celebrados tiempos en que
un caballero andante, don Quijote
de la Mancha, recorría
tierras como aquellas, buscando donde socorrer viudas,
enfrentarse a poderosos gigantes o
alentar a caballeros e
hidalgos a seguir su ejemplo. ¡Menos
mal que
el joven que huyó dejando allí, en el fondo de un pozo, a la
que imaginamos su ocasional amante más sola
y desfavorecida que la una, se arrepintió
parcialmente de su villanía
acudiendo al 112...! Nos queda, al menos, la seguridad de que no era directo descendiente de don Quijote, ni de su padre putativo, don Miguel de Cervantes, porque
de otra manera habría deshecho
ilusiones, roto corazones y
fabricado descreídos, humillados y deprimidos
para llenar las consultas de
los miles y miles de
psiquiatras ejercientes en todos los
países del mundo en donde el famoso caballero manchego
cuenta, no ya con seguidores, sino
con defensores, ciegos fans
y hasta ilusos imitadores, aún a sabiendas de que nunca alcanzarán la gloria
del generoso amo de Rocinante.
Creemos más que
el huidizo joven podría estar
cercano, si no a los genes, sí al talante de aquel
fiel escudero, Sancho Panza,
que las más de las veces podía
resumir su filosofía con eso de
"el muerto al hoyo y el
vivo al bollo".
Demos, en fin,
ocasión a nuestros fieles lectores
de hacer examen de conciencia y situarse en el lugar del joven -si aún
están para esos trotes- y analizar
a cuál de los dos caballeros manchegos
apuntaría más su reacción, al del
famoso don Quijote, o al de este otro
y menos ejemplar manchego, de cuyo nombre yo tampoco quiero
acordarme.
Columnista y crítico teatral
Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)
|
|
|
|