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División de opiniones en las informaciones y editoriales de la prensa sobre el debate

Cada uno es cada cual. Y, así, los más importantes periódicos han visto el debate entre Arias Cañete y Valenciano a su manera y como se esperaba según respiran ideológicamente. Aunque no es el tema más importante de portada, que en todos los medios se comparte con otros, sobre todo en sus editoriales, hay un claro posicionamiento a favor de Cañete en ABC y, sobre todo en La Razón, que afirma que "Cañete desquicia a Valenciano con la herencia del PSOE".
El triunfo de Cañete, según La Razón y cual explica su director Francisco Malhuenda se fundamentalmente en que "no dejó de sorprender que Valenciano reivindicara a Zapatero, algo que no es muy habitual en Rubalcaba y su equipo". Para añadir que "su experiencia negociadora y sus conocimientos de la compleja mecánica interna de la UE dieron solvencia a sus intervenciones, en especial cuando se trataron las cuestiones que más afectan a los intereses de los españoles, como son la agricultura y los fondos de cohesión" Y rematar: "Valenciano trató de agrandar unas diferencias entre los socialistas y el centroderecha europeos que el propio Martin Schulz se encarga de minimizar. Escaseó de argumentos y careció de peso específico".

Dentro de esta línea, pero más neutral aunque a favor de Cañete se muestra ABC en su editorial: "El debate televisado entre los candidatos del PP y del PSOE a las elecciones europeas del 25-M confirmó, sin lugar a dudas, la opinión que los ciudadanos ya habían mostrado sobre Miguel Arias Cañete y Elena Valenciano en algunas de las encuestas publicadas hasta al momento. El candidato popular se mostró tal y como lo perciben los ciudadanos: solvente, con aplomo desde el arranque del debate, experimentado y confiado en sus ideas y en la fuerza de España. En frente, a Valenciano le pasó factura el desgaste acumulado en su discurso electoral, conocido mucho antes de que el PP designara a Arias Cañete. Valenciano, con la carga de probar que su partido, no ella, es alternativa al PP, reiteró todos los tópicos de su campaña contra el candidato popular, se aferró al mensaje catastrofista y certificó la apuesta del PSOE por recuperar votos fugados por su izquierda".

Y concluye destacando que "los grandes temas del debate fueron dominados por Arias Cañete y se impuso a la superficialidad que mostró Valenciano en sus críticas a las políticas de Rajoy y, en general, de la derecha europea. El ataque a las medidas de ajuste se repite como un mantra en el lenguaje socialista, tirando por elevación contra Angela Merke. Es evidente que el PSOE ostenta con debilidad y dificultad el mensaje de la izquierda. Aun así, el debate de ayer volvió a mostrar que el bipartidismo permite la confrontación de las principales ideas políticas por las que pueden optar los españoles y ratifica que PP y PSOE, más allá del enconamiento de sus discrepancias, son los pilares insustituibles del sistema democrático español y de su estabilidad constitucional".

Y con descalificaciones a ambos políticos se pronuncia 'El Periódiico", que destaca que sobre el fondo del cara a cara entre populares y socialistas españoles "poca oportunidad hubo para hacerse una idea sobre cuestiones europeas. Los minutos consumidos en política interior hicieron que el debate pareciera en muchos momentos más propio de unas elecciones legislativas. Cañete, que no se desprendió de sus apuntes, martilleó con la herencia recibida que habría dejado al país en la ruina, de la que ahora lo estaría rescatando el PP. Valenciano, que se manejó con más soltura ante las cámaras, puso el acento en los déficits sociales que la gestión de la crisis ha generado y dedicó especial atención al proyecto de ley de restricción del aborto de Gallardón".

Para cerrar así: "Por el contrario, el debate de Bruselas desmontó los tópicos que apuntan a que la UE es algo lejano, aburrido, o incomprensible. La primicia resultó un excelente ejercicio de agilidad, bien pilotado. La novedad de la existencia de candidatos para presidir la CE es un paso adelante en el proceso de construcción europeo. Queda por ver si los electores sienten ahora la necesidad de acudir a las urnas el próximo día 25". Ni EL País ni El Mundo tocan este asunto en sus editoriales.