Susana, la heredera directa de El Cid

Cuenta la leyenda que Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador, ganaba sus batallas hasta después de muerto. Bueno, pues casi mil años después hay quien las gana incluso sin estar presente, sólo poniendo su nombre y su apellido, que miren la casualidad, también es Díaz. Ya habrán adivinado a quien me refiero. Naturalmente a la excelsa, divina, genial y todopoderosa presidenta de la Junta de Andalucía y secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz Pacheco, descendiente directa y heredera natural de El Cid, el caballero de Burgos, no el torero de Salteras. Lo acaban de comprobar este fin de semana con las primarias socialistas para elegir a su secretario general. Susana dijo publicamente que no iba a apoyar a ninguno de los tres candidatos y que dejaría libertad de voto a los militantes socialistas andaluces para que no se vieran presionados. Eso lo dijo con la boca pequeña, porque todo el mundo sabía que sus relaciones con Eduardo Madina no eran precisamente buenas y que el tercero en discordia, el profesor Pérez-Tapias, por muy granadino que fuera, no contaba en el pulso Madina-Sánchez. Así que casi sin mover un dedo y ejerciendo ante la galería de árbitro imparcial e incorruptible, ha conseguido que su candidato, que no era otro que Pedro Sánchez consiguiera auparse sin apenas despeinarse a la planta noble de Ferraz gracias, sobre todo, al apoyo masivo de sus compañeros andaluces. 

¿Quien ha ganado, pues, estas primarias socialistas? ¿Pedro Sánchez? ¡Venga ya! A mí no me cabe la menor duda que la auténtica vencedora ha sido Susana Díaz, la primera a quien el nuevo y sonriente secretario general ha rendido pleitesía tras su victoria con un paseillo triunfante de la mano de Sánchez y ante los medios de comunicación, en la entrada a Ferraz. Ya es la segunda batalla que gana la presidenta andaluza sin haber hecho acto de presencia en el combate. La anterior fueron las elecciones europeas en las que pese a que el PSOE perdió y que la candidata era Elena Valenciano, todos interpretaron que los resultados obtenidos por el PSOE en Andalucía, ganándole al PP prácticamente en las ocho provincias, eran un indudable triunfo de Susana.Y es que basta utilizar su nombre para concitar lealtades internas entre las diversas familias socialistas. Y externas. Es un hecho irrefutable. Aunque qué quieren que les diga, yo sigo sin comprender qué es lo que ha hecho esta señora para aunar tantos apoyos, para reunir tantos elogios y para dar la impresión generalizada de que en estos momentos un PSOE sin su figura emergente y protectora sería un partido en estado de coma. No soy nadie para dar consejos, pero si yo fuese un dirigente socialista, que evidentemente no lo soy, intentaría frenar algo la demasiado fulgurante carrera de Susana al estrellato no sea que arrastre a todo el partido en su caída.

Susana ya ha dicho que no quiere formar parte de la Ejecutiva Federal que Sánchez presentará ante el Congreso Extraordinario de finales del presente mes, que sus intereses están centrados en Andalucía. Yo me la creo. Es que no le hace falta estar sentada en un sillón y ocupar un despacho en Ferraz cuando puede manejar todo el cotarro desde San Telmo. Como El Cid en Valencia con el rey Alfonso VI, Susana va a jugar sus cartas desde Andalucía teniendo en Madrid a su fiel valedor, Pedro Sánchez, quien no va a mover una hoja sin consultárselo antes a la presidenta andaluza. Ahora habría que ver cuando se celebrarán las primarias para la elección del candidato socialista a la Moncloa. Aunque en principio se fijo la fecha para antes de acabar el presente año, me da la impresión que Susana quiere aplazarlas hasta después de las municipales, en la Primavera de 2015. Y es que podría darse la circunstancia de que la presidenta de la Junta decidiera adelantar los comicios andaluces para hacerlos coincidir la cita electoral del próximo año. La jugada podría ser perfecta. Aprovecharía su tirón electoral para ganarle al PP-A y, de camino, intentar arrebatarle algunas de las alcaldías de las capitales que ahora controlan los populares. Sería matar dos pajaros de un tiro. Si consiguiese darle la vuelta a la tortilla en las capitales, sería una catástrofe para el PP.

Por eso, en el PP andaluz tendrían que ponerse las pilas para contrarrestar ese perfecto diseño que está desarrollando Susana desde que Griñán le dejó la Presidencia de la Junta. No basta con el paro, la corrupción y los EREs, hay que mover ficha para desarmar poco a poco el complejo entramado que el socialismo ha montado durante cuarenta años de poder ininterrumpido. Mariano Rajoy llega el martes a Sevilla, en su primera visita tras las elecciones europeas, para dar una conferencia que organiza la Cámara de Comercio de Sevilla y que presentará el líder del PP-A, Juanma Moreno. Veremos si adelanta algunas previsiones sobre lo que debe hacer su partido. Lo dudo. Por cierto va a ser curioso comprobar quién concitará más público. Si Rajoy en Antares o Susana en el Alfonso XIII, donde a la misma hora tiene una cita con la Cámara de Comercio de Estados Unidos. La batalla esta vez va de Cámaras. Ya les contaré.



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