Oda al fútbol y a la tecnología, los nuevos dioses

A las formas de conciencia sobre la relación humana con el universo o la deidad es a lo que, de una forma muy general, llamamos religión. También  grosso modo, hasta ahora podíamos hablar de tres formas principales de religión: una fundada en las religiones primitivas, otra en las religiones definidas de una forma más común (judaísmo cristianismo o islamismo), y  la tercera, en los diversos sistemas orientales de creencias y prácticas que pueden calificarse como 'caminos de liberación' (el hinduismo y el budismo, entre ellos). Desde principios del siglo XX, para unos, el nuevo dios es el futbol. Para otros, desde finales del siglo pasado, y más claramente en el presente, la tecnología ha desbancado al anterior. Para la mayoría, hoy, posiblemente, la situación dominante sea una combinación de ambas pasiones, fútbol y tecnología.
 Si para los primeros -excepción hecha de Alemania-, esta vez ese dios les ha fallado (los adeptos españoles han visto como sin poder pasar siquiera la primera eliminatoria, la selección tuvo que hacer las maletas y regresar desde Brasil a las primeras de cambio), para otros la apertura en la madrileña Puerta del Sol de la gran tienda Apple, ha constituido la otra cara de ese mismo dios. Las crónicas periodísticas del gran momento no ofrecían lugar a dudas. El 21 de junio, a las 9:30, se abrían las puertas del último templo Apple en nuestro país, momento en que los devotos, que en muchos casos llevaban esperando ante las puertas más de 14 horas, pasando allí toda la noche, se adentraban febriles a descubrir hasta el último rincón de la tienda. Algunos, incluso, se arrodillaban al entrar, obnubilados por las bondades tecnológicas allí expuestas. 

Cada vez entiendo más y mejor a un amigo que, hace solo unos días, me dijo: "He dejado el Iphone. Estos de Apple cada vez me parecen más una secta". Hasta tal punto ciegan estas pasiones a tirios y a troyanos, que ninguno de ellos se queja de que el IVA es este o aquel si su equipo alcanza la gloria pretendida, o si el último aparatillo de turno (independientemente de que muchas veces cueste dos terceras partes de su salario mileurista, está ya recibiendo el tibio calor de su propietario. 
Y es que -está cada vez más claro- la religión consuela de los males pasados, presentes o por venir, de modo que ya le han salido competidores a las diversas iglesias (o asimilados), que en los últimos siglos han sido.Aunque , no sé por qué, mucho me temo que estas nuevas no van a durar tanto.