Sabemos, queremos y podemos

A mí las encuestas me la traen floja. Uno sabe por experiencia, tras más de treinta años haciendo información política en Andalucía, que los sondeos son una pamplina que se inventan los partidos y los medios de comunicación para mantener la tensión política cuando no hay otra cosa de la que echar mano. Por eso cuando, a falta de más de dos años para que se agote la actual legislatura, una radio de todos conocida por su filiciación prosocialista, la Cadena SER, da a conocer una encuesta en la que coloca a Susana Díaz como ganadora de unas supuestas elecciones autonómicas uno se queda con otras lecturas que indican mucho más a las claras por donde pueden ir los tiros. Para que ustedes sepan lo que quiero decir, les doy los datos de la citada encuesta de la que se han hecho eco  casi todos los medios: PSOE, 31,2%; PP, 28,3 %, Podemos, 18,1 %; IULV-CA, 8,8 % y UPyD, 5,4 %. Hasta ahí nada nuevo bajo el sol andaluz. Lo que pierde IU lo gana Podemos con lo que se le complican aún más las cosas a la actual presidenta de la Junta. Lo más significativo es que el sondeo recoge que la opción de gobierno preferida por los andaluces (31,6 por ciento) es una coalición de izquierdas que incluya a IU, Equo y Podemos, sin el Partido Socialista. Solo un 5 por ciento es partidario de repetir el actual bipartito entre socialistas e Izquierda Unida, mientras que un 15,8 por ciento se decanta por un gobierno del PP-A y un 10 por ciento por uno del PSOE-A en solitario. No obstante, un tercio de los encuestados (31,2 por ciento) cree que en la próxima legislatura Andalucía estará gobernada por el PSOE-A; el 17,7, por PSOE-A e IULV-CA; el 17,4, por la coalición de izquierdas sin PSOE-A, y el 9,9 por ciento, por PP-A. Curioso, realmente curioso si tenemos en cuenta que el PSOE ha sido durante casi cuarenta años la fuerza que ha arrasado en las urnas andaluzas con sucesivas mayorías absolutas hasta que en 2012 el PP le arrebató esa mayoría. ¿Qué esta pasando? ¿Será cierto que la desafección polñitica es tal que hay una mayoría silenciosa que está dispuesta a apoyar a los muchachos de Pablo Iglesias pese a saber que su programa es una pura demagogia irrealizable? Si alguien le da validez a la consulta de la Cadena SER, puede comenzar a preocuparse en serio por el futuro de una Andalucía dispuesta a convertirse en la Venezuela de España.


Pese a que los dos partidos mayoritarios, PSOE y PP, pierden apoyos, la gran perjudicada de toda esta movida es IULV-CA cuyos votos se decantan hacia Podemos en una trasvase que supone una verdadera sangría. Y eso que la CUT de Sánchez Gordillo continúa aún en sus filas, porque si, tal y como se rumorea, rompe con su actual coalición y se pasa al bando de Podemos, la pérdida de votos de IULV-CA pude ser histórica. No es de extrañar que el lider del PCA, Antonio Maíllo, abogue por un "frente popular" que agrupe a su coalición con Podemos y Equo, un "frente popular" de corte bolivariano y castrista que, tal y como están las cosas, podría llegar a gobernar en solitario en nuestra comunidad. ¿Se imaginan Andalucía en manos del ala revolucionaria de los Iglesias, Gordillo y compañía expropiando fincas, ocupando viviendas y asaltando Marcadonas y entidades bancarias? No crean que estamos lejos de ello. Los andaluces somos tan gilipollas que nos creemos cualquier pamplina que nos venda un político con algo de labia. De hecho nos hemos estado creyendo durante décadas la supuesta honradez de los socialistas hasta que estalló el escándalo de los EREs fraudulentos. E, incluso, ahora, tras las investigaciones de la juez Alaya y el reconocimiento de la Junta de Andalucía del robo de cientos de millones de dinero público con los falsos EREs y los cursos de formación, son muchos lo que creen que todo es un invento de la derecha reaccionaria. Aquí pasa lo que en Cataluña. Y les pongo un ejemplo palmario. El otro día llegó a la tienda que mi mujer tiene en Sevilla, Oleo-le, un matrimonio "catalán" que quería llevarse unos buenos aceites  para su tierra. Tras reconocer que él era natural de Córdoba y ella de Cuenca, surgió la conversación sobre el Caso Pujol. ¿Cómo está la cosa en Cataluña tras el escándalo de los Pujol?, le preguntamos. La respuesta fue taxativa. "¿Qué escándalo? En Cataluña no ocurre nada, todo esto no es sino un invento del Gobierno español para que no se hable de Bárcenas y para reventar el referéndum de noviembre". Y a uno, que tiene que tragarse la pamplina, se le queda cara de tonto. Que un andaluz residente en Cataluña diga eso solo significa que el independentismo catalán está sostenido en buena parte por los miles de charnegos que se han visto obligados a emigrar y que ahora quieren ser más catalanistas que la senyera.


Viendo como está el panorama en todas partes a uno de le pone el vello de punta. Esto está derivando en una tormenta perfecta en la que los demagogos y los sinvergüenzas van a hacer su agosto. España está a la deriva y esa deriva siempre es mala porque suele producir reacciones que buscan a un gran timonel que reconduzca la nave. Y esos timoneles suelen acabar en poses dictatoriales que nos llevan al desastre. Uno no quiere ser agorero, pero llevamos camino de repetir un nuevo fracaso histórico que nos haga retroceder décadas. Espero que nuestros dirigentes, sobre todo los de los dos partidos mayoritarios, tengan la suficiente grandeza de miras la cualidad de estadistas como para impedir que todo esto se vaya al traste. Ahora, más que nunca, necesitamos líderes que tengan los suficientes redaños como para poner el Estado por encima de los intereses puramente partidistas.