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Una foto que remueve la histeria

Una foto que remueve la histeria

viernes 26 de septiembre de 2014, 15:36h

Dicen muchos que en España sobran miles de altos cargos políticos que no sirven para nada, creados al albur de unas ideologías gobernantes que tratan de colocar en puestos clave de la Administración a sus compañeros de partido con el fin de agradecerle los servicios prestados. Si eso pasa en todas las comunidades de España, en nuestra Andalucía, donde los mismos de siempre llevan gobernando desde hace casi cuatro décadas, el amiguismo, el nepotismo y el enchufismo llegan a límites verdaderamente insospechados. De todos es conocida la afición de losChaves, los Borbolla, los Zarrías, los Caballos, los Pizarro, los Perales, entre otros muchos clanes, y hasta de la mismísima Susana Díaz de buscarle acomodo en la Junta a amigos y familiares pertenecientes, claro está, al PSOE. Como dice al refrán , de casta le viene al galgo. Pues bien, en esta Andalucía del millón y pico de parados, de la educación bajo mínimos y de las corrupciones de los EREs fraudulentos y de los cursos de formación falsos, donde el dinero público se dilapida sin control alguno para ir a parar a los bolsillos de unos pocos, descubrimos de pronto la existencia de algunos nuevos altos cargos que uno se pregunta para qué coño sirven y por qué nos cuestan a los andaluces miles de euros anuales. 

Con motivo de una iniciativa surgida en la localidad cordobesa de Espejo para declarar "Lugar de la Memoria Histórica" el paraje de La Haza del Reloj, lugar donde el fotógrafo húngaro Robert Capa tomó su famosa imagen de la "Muerte de un miliciano" me he topado con un personaje que desconocia y que es quien dirige todo este cotarro. Hasta ahí nada nuevo bajo el sol de un bipartito más preocupado de atender las necesidades sociales de Cuba, Palestina o Venezuela que las de su propia tierra, a quien no conocía era al director general de Memoria Democrática de la Junta, un tal Luis Naranjo Cordobés cuya única misión parece ser la de recorrer el territorio andaluz en busca de tapias de cementerios y fosas comunes donde durante la Guerra Civil fueron fusilados o cayeron en combate hace casi ochenta años los defensores del Gobierno de la Segunda República. Como es natural y no podía ser de otra forma, la Dirección General que ostenta el tal Naranjo depende de la Consejería de Administración Local y Relaciones Institucionales que dirige el vicepresidente del Gobierno andaluz y es coordinador general de IULV-CA, Diego Valderas.

A nadie le voy a discutir el innegable valor fotoperiodístico de la instantánea de Capa tan conocida mundialmente como la pisada del hombre sobre la Luna, los niños vietnamitas corriendo envueltos en napalm, el izado de la bandera yanqui en Iwo Jima, el beso en París o la del buitre acechando al niño hambriento en Sudán, algunas de ellas fotomontajes que en realidad no sucedieron como quiere reflejar la foto. Dicho esto, y expresando mi gran admiración por Capa y su compañera Gerda Taro, a quien algunos atribuyen la autoría de la foto, creo que ese miliciano abatido en plena refriega de la batalla debería representar no sólo a los combatientes que defendían a la República, sino a todos los que, consciente o inconscientemente, forzada o voluntariamente, participaron en una lucha fratricida que sembró España de muerte y desolación durante muchos años. Porque tan lugar de la Memoria Histórica es ese paraje de La Haza del Reloj, en Espejo, como el Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza en la Sierra de Andújar a pocos kilómetros de allí o, por poner un ejemplo aun más cercano, el bombardeo republicano de Cabra en noviembre de 1938, conocido también como "el Guernica andaluz", en el que murieron cientos de personas civiles inocentes que acudían al mercado. Erigir ahora, casi ochenta años después, monolitos o estatuas que recuerden la tragedia vivida por todos, no es sino mantener vivo un odio y un enfrentamiento que se debía de haber superado hace ya muchísimos años.

Una cosa es recuperar los cuerpos de los familiares enterrados en fosas comunes, algo digno de todo apoyo, y otra muy distinta tratar de hacer héroes a los miembros de uno de los bandos y asesinos a los otros. En estos enfrentamientos guerracivilistas hubo héroes y asesinos en los dos frentes, y una inmensa mayoría de españoles que se vieron abocados a sufrir en sus carnes y las de sus familias los excesos y la barbarie de unos y otros, fueron los grandes perjudicados de la contienda, por más que se empeñen en reivindicar los Valderas, Naranjos y sus camaradas comunistas que nos gobiernan en Andalucía. Esta Memoria histérica, que no histórica, con la que están empeñados los muchachos de IULV-CA por aquello de la revolución siempre pendiente y sus antiguos, obsoletos y decimonónicos éxitos, no hace más que mirar al pasado cuando lo que nos preocupa a los españoles es el futuro. Y el futuro no pasa, precisamente por su anticuada ideología.

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