La irrealidad de la corrección política

El tan denigrado Rodríguez Zapatero la puso de moda y su sucesor, Pedro Sánchez, está haciendo bueno a José Luis con sus pamplinas, sus dudas, su no mojarse y su falta de liderazgo. Me refiero naturalmente a esa manera de afrontar los problemas de la sociedad sin que nadie se moleste y que hemos dado en llamar "corrección política". Aquí no se puede decir nada contra la mujer porque te fríen a hostias el colectivo de las feministas; no se puede defender a la Iglesia católica porque eres una meapilas; no se puede hablar nada malo de los inmigrantes porque te tachan de racista;  no se puede criticar a los islamistas que están masacrando Irak o Siria porque te alineas con la todopoderosa superpotencia yanki; no se puede decir que Maduro, Evo Morales o Raúl Castro son unos dictadores bananeros que tienen a sus pueblos sometidos porque la izquierda te tacha de fascista; no se puede apludir que las autoridades sanitarias maten a Excalibur, el ya famoso perro de la enfermera madrileña contaminada por el ébola, porque los animalistas te acusan de asesino; no se puede acusar a los catalanes nacionalistas que abogan por el referéndum y a su líder Arturo Más de gilipollas porque hay que respetar todas las opciones aunque éstas sean ilegales. Y podría seguir con más y más ejemplos de lo "políticamente correcta" que se ha convertido nuestra sociedad actual por mor de unos políticos que temen que el tomar partido por algo que no está generalmente aceptado como dogma intocable y a los que les asusta el salirse de la norma establecida.

Viene todo esto a cuenta de unas declaraciones realizadas por el presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, a cuenta de la ley socialista que obliga a siete alcaldes populares a abandonar bien sus alcaldías, bien su puesto como parlamentarios en la Cámara autonómica. Como la mayoría de ellos, Juan Ignacio Zoido (Sevilla), José Antonio Nieto (Córdoba), Pedro Rodríguez (Huelva) y Loles López (Valverde del Camino), han mostrado sus preferencias por mantener su puesto de alcalde teniendo que abandonar su escaño, Moreno, para tratar de quitarle hierro a este roto que le ha hecho el PSOE en su Grupo Parlamentario, ha afirmado que el Parlamento andaluz "luce lo que luce y fuera de Sevilla apenas tiene relevancia", Para qué ha roto la baraja. En un abrir y cerrar de ojos le han caído encima todas las descalificaciones posibles por parte no sólo del presidente de la Cámara, Manuel Gracia, y de los socialistas, sino también de muchos medios de comunicación del régimen o afines que, pese a no dar apenas información de lo que sucede en el Parlamento andaluz, ahora se la cogen con papel de fumar destacando que en él reside la soberanía del pueblo andaluz. Seamos serios. Es posible que Juanma Moreno, que en un futuro más o menos lejano formará parte de la Cámara andaluza, haya cometido una incorreción política cuasi despreciando la labor del Parlamento, pero no lo es menos que la inmensa mayoría de los andaluces desconoce lo que sus señorías hacen en el antiguo Hospital de las Cinco Llagas. Y la culpa no la tiene ni Moreno ni sus alcaldes ni los andaluces, sino el PSOE, el partido que lleva más de treinta años manejando a su antojo y en muchas ocasiones secuestrando con su mayoría absoluta, la labor de la Cámara andaluza como órgano legislativo. Así que, por una vez y sin que sirva de precedente, estoy bastante de acuerdo con el presidente regional del PP aunque esa "incorrección política". que no hace sino retratar la realidad, le haya generado un aluvión de críticas desfavorables.

Y es que no parece que a Juanma Moreno le importe demasiado lo que se cuece diariamente en las Cinco Llagas cocinado por los equipos coaligados de Susana Díaz y Antonio Maíllo, que fueron quienes precisamente perdieron las elecciones autonómicas de 2012. A partir de ahora nadie de la cúpula regional del PP estará presente en la Cámara. Muchos politólogos ha puesto el grito en el cielo por estas ausencias pero la realidad es que a los populares les trae más cuenta estar presentes en las calles, en las ciudades y en los pueblos de Andalucía que en el hemiciclo de la Macarena donde por más iniciativas que presenten en su labor de control del Gobierno, ven como son rechazadas sistemáticamente por el bipartito que dirige Susana. Hay veces que, como en este caso, las "incorrecciones políticas" solo sirven para poner de manfiesto las carencias de una sociedad que no ha sabido sacudirse el lastre de un régimen que ha gobernado sin control alguno por parte de sus representantes. ¿O es que el Parlamento ha sacado a la luz alguno de los casos de corrupción que en estos momentos invaden esta tierra? Ninguno. Ni siquiera sirvió para nada la comisión de investigación de los EREs fraudulentos. No solo eso sino que se niega a debatir en Plano cualquiera de los asuntos corruptos que señalan al Ejecutivo, a sus amiguetes y al sindicato amigo, la UGT Como dice Moreno, y no le falta ni pizca de razón, "el Parlamento andaluz luce lo que luce y fuera de Sevilla apenas tiene relevancia". Lo suscribo de principio a fin.