Goleada de los Juzgados al Parlamento
viernes 24 de octubre de 2014, 07:37h
"Si ustedes
creen que hemos cometido un delito, acudan a los Juzgados y pónganos una
denuncia". Esa es la frase típica y tópica que todos los dirigentes
políticos repiten incansablemente cuando la oposición les acusa de haber metido
la pata, o más bien la mano, en los bolsillos de todos.E insisto que la frase
la dicen todos socialistas y populares, depende del lugar en el que gobiernen.
En el Congreso de los Diputados la esgrimen los del PP para defenderse de las
acusaciones del PSOE, y en el Parlamento andaluz son los del PSOE quienes la
repiten para defenderse de las denuncias del PP. Y, al final, tanto en uno como
en otro escenario se acaba el debate, los que minutos antes se han dicho de
todo menos bonito, se dan la mano, se cuentan el último chascarrillo, se toman
un café o un gin-tonic y nadie acude al Juzgado a presentar la denuncia en
cuestión. Y es que, al contrario de lo que piensan los votantes, que son como
los hinchas futboleros de cada partido, la clase política se rige por unas
normas protocolarias que poco tienen que ver con la pasión que ponen sus
seguidores. Todo es una especie de obra de teatro, de esperpento, en la que
unos hacen de malos malísimos y otros de buenos buenísimos mientras los
ciudadanos asistimos impotentes a la representación esperando que llegue la
hora de votar para poder cantarles la cuarenta a los actores en un acto que
sólo dura unos segundos cada cuatro años.
Por ello uno está cada vez más convencido de que
los parlamentos, ya sean nacionales o autonómicos, provinciales o municipales,
pueden servir para hacer leyes, para debatir los presupuestos, para pedir
explicaciones o para que el Gobierno de turno informe sobre un aspecto concreto
de sus decisiones, pero para poco más. Tal y como está el panorama político en
España, enfangado en la mierda de la corrupción hasta la coronilla, no sé
porque todos se empeñan en abrir comisiones parlamentarias de investigación ya
sea sobre la Gürtell, sobre los EREs, sobre los Pujol o sobre los falsos cursos
de formación. ¿Para qué?, se pregunta uno. Al fin y al cabo todas estas
comisiones sólo sirven para que nuestros diputados puedan cobrar sus
correspondientes dietas y para que sus comparecientes vuelvan a repetir las
mentiras que ya han contado en periódicos, radios y televisiones. Para eso y
para mantener viva la controversia que afecta siempre negativamente al partido
implicado en el escándalo. Es decir, pan para hoy y hambre para mañana.
Porque, al final, quien mantiene de verdad vida
la polémica es el juez o la jueza que investiga cualquiera de estos numerosos
casos de corrupción. Si aquí, en Andalucía, no existiese Mercedes Alaya, ni los
EREs fraudulentos, ni Invercaria, ni los falsos cursos de formación, ni las
facturas falsas de la UGT hubieran resistido más de un año e el candelero
informativo. Yo comprendo el cabreo que tienen que tener la gran Susana Díaz y
sus muchachos del PSOE con la insistente petición de documentación por parte de
la magistrada astigitana. No es para menos. Alaya se ha convertido en la mosca
cojonera del PSOE andaluz. La única capaz de ponerles firmes Y lo malo para
Susana es que cada día que pasa lleva por delante la instrucción de más y mas
casos de corrupción que le caen en su Juzgado número seis como si no hubiese
otro en toda Sevilla, por más que unos y otros, el Gobierno de Susana por un
lado y el Consejo General del Poder Judicial por otro, traten de apartarla de
su fijación por encontrar culpables. Me río yo de los jueces estrella como
Baltasar Garzón. Alaya sí que se ha convertido en una verdadera estrella de la
Judicatura, una estrella que, estoy convencido, será la única que pueda
desmontar el tinglado de todo este poderoso entramado demagógico que los
socialistas llevan montando en Andalucía durante los últimos cuarenta
años.
Visto lo visto, los Juzgados españoles le están
dando sopa con hondas a los Parlamentos, les ganan por una auténtica goleada.
Ello demuestra fehacientemente que nos faltan mas jueces comprometidos con la
Justicia y nos sobran muchos políticos que no nos sirven para nada. Ya verán
cuando lleguen al poder los muchachos de Podemos. Entonces si que nos vamos a
reír.