Cuneros, cañeros, paracas y estrellas

Bernat Soria, valenciano, por Alicante; Rubalcaba, cántabro, enviado a ganar un escaño en Cádiz; Fernández Bermejo, abulense, a Murcia; Mayor Oreja, guipuzcoano, a Toledo; Moratinos, madrileño, otra vez por Córdoba... Habrá muchos más. Son los "cuneros", que en la acepción del diccionario de la Real Academia, se dice de "un candidato a diputado a Cortes: extraño al distrito y patrocinado por el Gobierno". O por la oposición, que todos juegan a lo mismo. Lo curioso es que desde las ciudades donde se destina a toque militar al candidato cunero se aduce siempre que son ellos los que han pedido su incorporación a las listas.

Mienten como bellacos, pero algo hay que decir. Los cuneros son una vieja tradición política debida a debilidades muy grandes en las listas locales, a peleas internas entre candidatos o, simplemente a la necesidad de colocar a algún peso pesado o a sacar a otros de las listas a las que aspira realmente. "Te necesitamos en...", quiere decir muchas veces "tenemos que sacar a Fulano de aquí". Y el "estoy encantado de encabezar las listas por esta gran ciudad", quiere decir "qué remedio me queda". Ya se sabe, la política es puro teatro y los políticos, actores de primera... o secundarios con aspiraciones.

Las historias de cuneros son casi siempre "ejemplares". Alguno tuvo que pedir información escrita sobre la provincia que le tocaba porque no la había visitado nunca o buscar antecedentes familiares como los futbolistas que tratan de nacionalizarse por la vía de urgencia. De un ministro, candidato a repetir ahora, decían sus compañeros que "absorbe toda la información sobre la provincia con gran humildad, lo que inspira mucha confianza". Y otra cunera, ex ministra que tal vez vuelva a las listas, decía que su relación era profunda puesto que su Ministerio había mantenido un "estrecho vínculo con la provincia por sus circunstancias culturales y deportivas". 

Algunos, en lugar de cuneros, son "paracas". Se tiran o les tiran sobre la provincia, pero, muchas veces parece que se han equivocado en el salto y han caído en otra. Normalmente los que no tienen carné del partido son los más cañeros. No se pierdan ustedes la campaña en la pepera Comunidad Valenciana con la vicepresidenta Fernández de la Vega, ahora cunera en Madrid y ya con algunos problemas con los medios de allí, y Bernat Soria en Alicante, sobre todo éste, dando caña. Y en Murcia al ministro de Justicia, especialmente si le echan a competir con Martínez Pujalte, murciano, pero ahora cunero en Valencia.

Pero estas elecciones prometen mucho más. Además de cuneros, cañeros y paracas, tendremos stars. Clinton ha fichado casualmente por el Gobierno porque ZP se acaba de comprometer, también económicamente, con el proyecto que lidera el ex presidente. Y a principios de año, vendrán a Madrid y se harán la foto con Zapatero desde Ban Ki Moon, el secretario general de las Naciones Unidas, hasta Stephen Hawking, Bono, George Clooney o Angelina Jolie en la primera cumbre sobre la Alianza de las Civilizaciones. Aquí, el que no corre, vuela. Especialmente en vísperas electorales...