Indignación y cabreo es lo que sentí cuando escuché al presidente de la Comunidad de Madrid,
Ignacio González, decir que el principal riesgo de malnutrición que tienen los niños en esta Comunidad es la obesidad. Indignación, porque el máximo responsable de esta comunidad se permita ignorar a los miles de niños que pasan hambre, mal comen o sufren pobreza. Cabreo, porque el Gobierno lo hace para evitar gastar unos pocos miles de euros en abrir los comedores escolares durante las vacaciones. Y lo peor, lo dice el mismo presidente que luego malgasta el dinero de todos los madrileños en un inútil Consejo Consultivo donde dormita
Gallardón a razón de más de 8.000 euros mensuales por no dar palo al agua.
Un reciente informe de Unicef: "los niños de la recesión" establece que los niveles de pobreza infantil han crecido un 28 por ciento entre 2008 y 2012 en España. La pobreza se ha cebado en los niños y los más jóvenes de nuestro país. Este colectivo es uno de los que más está sufriendo la crisis y de los que menos se están preocupando los gobiernos.
Ignacio González, si fuera el presidente de todos los madrileños, debería saber que en Madrid hay hambre y mal nutrición; que la obesidad infantil se debe a que muchos padres no pueden dar de comer a sus hijos carne, pescado y verduras; que sólo pueden darles de comer alimentos baratos que no cubren sus necesidades para su desarrollo físico e intelectual y que el hambre y la malnutrición ponen en riesgo la igualdad de oportunidades y la existencia de una sociedad decente.
El alejamiento del poder de los problemas reales del país es brutal. En toda la crisis no ha habido prácticamente iniciativas aprobadas contra la pobreza infantil. Quizás porque los niños, a diferencia de los pensionistas, no votan y por eso no hay que cuidarlos y atenderlos. Quizás porque quienes nos gobiernan, como el ínclito Ignacio González, no se pueden imaginar que haya niños pasando hambre o prefieran negarlo y expedientar a los profesores que lo denuncian -como de hecho ha ocurrido-. O quizás porque las políticas a largo plazo no interesan a políticos solo preocupados por el próximo informativo o por sacar provecho personal, en áticos o cosas así, que caen como del cielo.
No puede ser que el Gobierno de la comunidad en plena crisis haya reducido las comidas escolares en lugar de aumentarlas. Tenemos que dar la vuelta a esta forma de hacer política. Hay soluciones para alcanzar un país decente que garantice la igualdad de oportunidades.
UPyD ha planteado en el Congreso de los Diputados y en la Asamblea de Madrid reiteradas propuestas para luchar contra la pobreza infantil. En Estados Unidos en la durísima crisis que sufrieron en los años 30 del siglo pasado, se crearon programas públicos para evitar esa pobreza que fueron muy exitosos para lograr la igualdad. España, Madrid son lo bastante ricas para tener programas similares con dinero suficiente y que no haya un solo niño que vea condicionado su futuro por la pobreza de sus padres. Trabajemos juntos para ello.
Ramón Marcos. Candidato de UPyD a la presidencia de la Comunidad de Madrid y portavoz adjunto en la Asamblea Regional
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