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Las dobles parejas que no quiere Rajoy para el 24-M

Las dobles parejas que no quiere Rajoy para el 24-M

martes 03 de marzo de 2015, 20:23h
Dicen en el palacio de La Moncloa, en la sede nacional del PP de la calle Génova, en los pasillos del Congreso y en los salones del Senado los parlamentarios  del partido conservador que Mariano Rajoy no quiere afrontar la crucial partida del 24 de mayo con las dobles parejas de Madrid y Valencia en sus manos; que no le gusta que Esperanza Aguirre e Ignacio González encabecen las listas al Ayuntamiento de la capital y al gobierno de la Comunidad; y que otro tanto le ocurre con Rita Barberá y Alberto Fabra en la Comunidad valenciana. Demasiado continuismo, demasiada endogamia cuando enfrente aparecen nuevos jugadores y cuando en el viejo y " amado" rival han iniciado un cambio que puede sacarle el hoyo en el que estaba metido.

Los dos presidentes autonómicos tienen mucho en común: llevan más de medio siglo en cargos políticos, los dos han trabajado en los Ayuntamientos en los que nacieron, y ambos están en el cargo por la salida de los líderes que ganaron las elecciones en 2011. Fabra sucedió a Francisco Camps en julio de ese año tras la renuncia de éste por sus relaciones con los responsables de la Gurtel; y Gonzalez sucedió en 2012 a la presidenta madrileña tras la dimisión de Esperanza por "cansancio" y para " dedicarse a su familia". Uno y otro querían y quieren ganarse el puesto en las urnas, pero tienen sobre ellos y como losas difíciles de quitar el peso político de sus dos acompañantes, las candidatas a los Ayuntamientos de las dos capitales.

La alcaldesa de Valencia lleva 24 años en el cargo, al que llegó en julio de 1991 desplazando a la socialista Clementina Ródenas gracias a los apoyos de Unió Valenciana, a la que luego fagocitaría hasta hacerla desaparecer. Era diputada en las Cortes desde 1983, el mismo año en el que Esperanza Aguirre se convierte en concejala de Medio Ambiente en Madrid, con el ex ministro de Defensa Agustin Rodriguez Sahagún como alcalde merced al pacto entre el PP y el CDS de Adolfo Suárez, y que les permitió echar el sillón consistorial al socialista Juan Barranco.

Vidas casi paralelas y que les llevaron a las dos a convertirse en señas de identidad de su partido en sus respectivas Comunidades. Rita no quiso salir nunca del ayuntamiento valenciano para afrontar otros retos, mientras que Esperanza se convirtió en el primer gobierno de José María Aznar en ministra de Educación y Cultura y más tarde en presidenta del Senado.

La hija de un burgués director de periódico y la hija y nieta de nobles y altos funcionarios saben que provocan pasiones y que tienen tantos seguidores como detractores. Representan al ala más conservadora del Partido Popular y pueden llevar a las urnas a una parte de los desencantados con la política de Mariano Rajoy que optaban por la abstención.

Si Rajoy tiene que elegir y sacrificar a la mitad de las dos parejas, perderán ellos y ganaran ellas. Son más decisivas Barberá y Aguirre que Fabra y Gonzalez cuando de ir a las urnas se trata, cuando priman las imágenes populistas de la alcaldesa y la ex presidenta sobre las gestiones de sus compañeros. No basta con estar ejerciendo el poder, como ha ocurrido en otras Comunidades para mantener la candidatura. Es mucho lo que está en juego: los populares pueden perder en Logroño o en Murcia, por poner dos ejemplos, que, con ser importante, no marcará el carácter electoral del 24 de mayo. Valencia y Madrid si lo harán. Por eso se está retrasando la elección de los candidatos en los dos territorios.
Para aumentar sus males, Ignacio González se ha encontrado con la querella que le ha puesto uno de los dos comisarios de policía con los que se entrevistó tras las primeras informaciones sobre el ático de, que disfrutaba en Marbella y que estaba a nombre de una sociedad instrumental domiciliada en un paraíso fiscal. Dice el presidente que el " ruido mediático" busca quitarle de la carrera electoral y tiene razón. No hay nada en las informaciones que no se conozca desde hace muchos, muchos meses, pero su puesta de nuevo en la escena de los medios de comunicación indica que al ruido no se puede responder con la furia.

Dos palabras que aparecen en una de las mejores novelas de William Faulkner, escrita y publicada en la gran crisis financiera de 1928. Todo transcurre en cuatro días y son cuatro sus protagonistas. Y si el gran escritor sureño escogió su título de uno de los versos de Mcbeth, éste puede resumir también la escena que representan los cuatro dirigentes del PP: " la vida es una sombra andante...un cuento narrado por un idiota lleno de ruido y furia". En el reparto de papeles, tal vez el más difícil sea el de la sirvienta negra.
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