El viernes, los miembros del Consejo ya adoptaron dos declaraciones por escrito en las que condenaron primero los bombardeos contra el palacio presidencial de Adén llevados a cabo por los rebeldes hutíes y después los atentados terroristas en la capital, Saná, y en la ciudad de Saada. Esos últimos episodios han empeorado aún más la grave crisis política y de seguridad que vive Yemen desde hace meses.
Hoy, los hutíes, que gestionan el país por la fuerza, declararon una movilización general y llamaron al Ejército y a la Policía a enfrentarse a los grupos terroristas tras los atentados de ayer que causaron 154 muertos en dos mezquitas chiíes. Los ataques han sido reivindicados por el EI, grupo de confesión suní, y que considera que los clérigos chiíes son infieles y que sus seguidores son "desviados".