El (buen) ejemplo del fútbol sala español

Otro título europeo, oiga, otro. Y van cuatro. Que se añaden a los dos mundiales, oiga. ¿Hay quien dé más? ¡Viva el fútbol sala español y olé! Porque ningún otro deporte de equipo presenta semejante palmarés. Ni siquiera los chicos de oro del baloncesto, a los que los colegas del hermano menor del balompié tanto se asemejan. En su capacidad de lucha, de sentir la camiseta de la selección, de echar bemoles -y sangre, sudor y lágrimas, si fuera menester- de ser amiguetes dentro y fuera de la cancha, de ser antidivos, de ser cercanos a la gente, de no presumir de nada pudiéndolo hacer. En fin, de ser, al igual que los Gasol y cía, la antítesis de los futbolistas del conjunto nacional, que jamás ganaron nada importante, mientras que los 'futbolsaleros' ya suman, en sólo década y media esos seis títulos, seis.

Hora va siendo también que en la prensa -y no sólo en la deportiva- se les haga más caso y se les dé más espacio y tiempo. Hora va siendo. De momento, vaya desde aquí la mayor de las felicitaciones a todos ellos, desde los veteranos Luis Amado -el mejor porter del mundo de todos los tiempos-, Javi Rodríguez o Kike, a la nueva savia que conforman Borja, Ortiz etc. Y sin olvidar al nuevo seleccionador, José Venancio, que a las primeras de cambio ha logrado igualar al mítico Javier Lozano, responsable de los anteriores entorchados.

Claro que igual los futboleros se equivocan y nos sorprenden en la próxima Eurocopa, en la que tras varios fiascos en la primera vuelta de la liguilla clasificatoria de su facilísimo grupo se enmendaron en los últimos partidos y lograron no sólo meterse en la fase final, sino ilusionar a la afición. Mira que si son capaces de superar su barrera negra de los cuartos (y no me refiero al dinero... o también). Lo normal es que no, y así nos lo enseña la historia, pero, insisto, alguna vez tienen que equivocarse y darnos una alegría. De momento la alegría nos llega por el sorteo de la siguiente gran cita, el Mundial 2010 de Suráfrica. Aunque allí no estará Luis en el banquillo -casi seguro será Del Bosque-, la flor en el trasero de Aragonés nos ha seguido favoreciendo con un grupo todavía más fácil que el del Europeo. Porque el único rival algo peligroso es Turquía, que es el 16º del mundo según el baremo de la FIFA en el que España es cuarta; mientras que el resto están mucho más abajo: Bélgica el 49º, Bosnia el 51º, Armenia 90º y Estonia 128º.

Y, hablando o escribiendo de historia, la Liga consumió una jornada que pudo ser histórica para el 'submarino amarillo', que aprovechándose de que el Madrid había quedado 'tocado' en Murcia, donde sólo logró empatar, tenía la ocasión de flotar hasta el liderato. Pero, quizás por el miedo a ganar, los de Pellegrini no pasaron del empate ante el Almería. En cualquier caso no deja de ser una anécdota, porque lo realmente importante es la sensacional campaña de este Villarreal, que ocupa el segundo lugar - a un punto del Madrid y por encima de Barça, Valencia y Atlético- de una tabla que estrecha sus diferencias y se aprieta por arriba tras la victoria el sábado de los de Rijkaard sin Ronaldinho, que tiene sus horas contadas en el equipo azulgrana por ser esa oveja negra que denunció hace poco su compatriota Edmilson y el año pasado Eto'o, sin que Laporta se atreviera a echarlo, cosa que todo apunta acontecerá en el mercado de diciembre, cuando el Milan de Berlusconi se lo lleve traspasado, salvo que sea Rijkaard el que se vaya.

El otrora número uno del mundo e ídolo máximo de los 'culés' -como hace un lustro los 'galácticos' en un Madrid que ahora, con más o menos juego, pelea a tope merced al látigo de Schuster- podía tomar nota de los 'futbolsaleros' españoles y echarle idénticas dosis de profesionalidad. Se lo agradeceríamos, aparte de en particular los propios seguidores azulgranas,los aficionados al deporte rey en general. Pero no creemos en los milagros. Y sí en el esfuerzo y el trabajo individual y colectivo. Como el de la Selección de fútbol sala. Gracias.