Las matemáticas no engañan
martes 28 de abril de 2015, 10:08h
Que conste de antemano que pese a que soy de ciencias, la
asignatura de Matemáticas se me atragantó desde primero de Bachillerato hasta
el COU por aquello de que mi vocación iba más encaminada a las letras. Al final
opté por hacer Periodismo y Psicología y, desde los diecisiete años, dejé
arrinconadas en el baúl de los recuerdos desde las raíces cuadradas hasta las
derivadas y las integrales. Pese a ello reconozco que las Matemáticas suponen
un ejercicio mental fundamental para el desarrollo de nuestra inteligencia y
que desde la implantación de las calculadoras y las nuevas tecnologías los
chavales no saben aplicar esa ciencia exacta a la vida normal, algo básico para
entender el entramado de la sociedad actual. En el fondo todo se rige por los
números, desde nuestra cuenta bancaria a los recibos de la luz y el gas, desde
la economía más básica a la propia política. Todo son sumas y restas, multiplicaciones
y divisiones. Todo está en los números.
Valga esta somera introducción para explicar lo que puede suceder en el
Parlamento andaluz el día que se celebre el Pleno de Investidura de Susana
Díaz como presidenta de la Junta de Andalucía. Como todos ustedes saben, el
resultado de las últimas elecciones del 22 de marzo y el consiguiente reparto
de los 109 escaños fue: PSOE, 47 diputados; PP, 33; Podemos, 15; Ciudadanos, 9,
e IULV-CA, 5. Ya presumimos que la votación en la primera vuelta va a ser de 47
votos a favor de Susana, 53 en contra y 9 abstenciones. Como necesitaría 55
votos a favor, habrá que ir a una segunda vuelta en la que le basta la mayoría
simple. Esa segunda ronda se celebrará dos días después, en torno al 8 de mayo,
y me apuesto lo que quieran que el resultado va a ser 47 votos a favor (PSOE),
38 en contra (PP e IULV-CA) y 24 abstenciones (Podemos y Ciudadanos). Y Susana
será por fin investida como presidenta a cambio de algunas concesiones bajo
cuerda a aquellos que no han boicoteado su elección.
Puede que me equivoque y que alguno se salga del guión preestablecido, pero lo
dudo. Ello supondría estar avocados a unas nuevas elecciones autonómicas y no
está el horno para demasiados bollos. Las matemáticas no engañan y los
andaluces, como buenos conservadores, le han vuelto a dar su confianza a los de
siempre, a los de toda la vida, a los que conocen desde aquel lejano 1980, al
PSOE de Felipe y Alfonso, al de Chaves y Griñán, al
de Sánchez y Susana, pese a la corrupción de los macroescándalos
de los EREs fraudulentos, de los falsos cursos de formación y de Invercaria,
que han supuesto la pérdida para el erario público andaluz, de su bolsillo y
del mío, de miles de millones de euros destinados a los parados que se han
embolsado unos cuantos golfos del partido, yo diría que bastantes más de
cuatro, con la anuencia o el consentimiento tácito de sus dirigentes. La
corrupción, como se ha podido comprobar el pasado 22M no se castiga en las
urnas andaluzas. Aquí, en esta bendita tierra del cachondeo, el olé y el viva
la pepa, estamos tan acostumbrados a que los políticos se lo lleven calentito
que incluso se premian este tipo de actuaciones. Y todo ello en la comunidad
autónoma que ostenta el triste récord de tener la tasa de desempleo más alta de
España y de toda Europa.
Ya veremos qué es lo que ocurre en las vísperas de la campaña a las
municipales, pero me da la impresión que Susana Díaz va a acudir a los
mítines investida con el traje premamá de presidenta de la Junta si alguien,
todos sabemos quienes tienen la llave que abre el Palacio de San Telmo, no lo
remedia. Espero que después no lleguen las lamentaciones y el nos ha engañado,
nosotros creíamos que iba a cumplir lo formado. Sobre ésto, nadie mejor que los
muchachos de Izquierda Unida para explicar como se las gasta Supersusana. Que
alguien le pregunte a Maíllo y a Valderas...o al mismísimo Sánchez
Gordillo, alcalde de Marinaleda, que volverá a ser reelegido en su pueblo
por mayoría absoluta. Es lo que hay.