Una de las propuestas más
comentadas hechas por la 'candidata estrella' a la alcaldía de Madrid, doña
Esperanza Aguirre, consiste en sacar a los indigentes de las calles, llevándolos
a albergues. Bien. Lo malo fue la apostilla de la 'lideresa': no conviene al
turismo de la capital la contemplación de los desamparados por la diosa Fortuna
vagando, pidiendo limosna en las esquinas o durmiendo en sucias cajas de
cartón. Esta justificación 'turística', sin duda sugerida por asociaciones de
comerciantes, desluce algo el prólogo 'compasivo' de la propuesta de Aguirre.
Que, por cierto, ni es la
primera candidata en la historia en lanzar ideas semejantes ni sería la primera
alcaldesa en ponerlas en práctica. Recuerdo que el entonces regidor de Granada,
Gabriel Díaz Berbell, decretó hace años, con motivo de la celebración del
campeonato del mundo de esquí en Sierra Nevada, el 'traslado' fuera de la
ciudad de cuantos durmiesen en las calles. Me indignó el bando municipal, y así
lo dije en una emisora de radio, aprovechando que me había trasladado esos días
con mi familia a la maravillosa ciudad andaluza: ¿quién era el alcalde para
prohibirme dormir en la calle o donde me diese la gana? Pues bien: quien
durmió aquella noche en la calle... fuimos mi familia y yo, entre otros huéspedes
del hotel en el que, al parecer, se había producido una amenaza de bomba
procedente de ETA. Jamás pude confirmar la veracidad de esa amenaza, no
contrastada en fuentes policiales. Así que jamás me he podido librar de la
sensación de que el 'simpático' Berbell, con su peculiar sentido del humor,
quiso gastarme lo que podríamos llamar una 'broma-alcaldada'.
Perdón por la digresión, no sé
si jocosa, sobre tema tan serio. Librarse de los indigentes, se integren o no
en mafias extranjeras de mendigos -lo que no justifica la persecución sin
más-, es algo discutible. Darles techo y cobijo es, en cambio, virtud
cristiana que nada debe tener que ver con las campañas electorales; pedir la
creación de más albergues es aconsejable, pero conviene que no huela a
oportunismo y que sea una petición realista, algo que ni la compañera de
'ticket electoral' de Aguirre parece ver claro.
Lejos de mí el ánimo de
comparar, y menos aún de incurrir en oportunismo alguno, pero debo decir que he
lamentado mucho esta propuesta cuando nos duelen los ojos de ver a los
'indigentes' forzosos a los que la naturaleza desatada coloca estos días a
miles, bien a su pesar, a la intemperie. No he escuchado propuesta de campaña
alguna, a ninguno de los candidatos, para ayudar con nuestros fondos, aunque
haya que sacarlos de las arcas ciudadanas, a esta gente tan desgraciada. Claro
que están lejos y no votan aquí en las municipales y en las autonómicas.
- El blog de Fernando Jáuregui. `Cenáculos y mentideros´