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La clave está en el Domingo del Rocío

La clave está en el Domingo del Rocío

sábado 09 de mayo de 2015, 11:07h
Nueva votación de investidura y nuevo rechazo a la candidata socialista. Casi desde principios de año cuando Susana Díaz anunció el posible adelanto electoral, y han pasado ya cuatro meses y medio, los andaluces estamos con un Gobierno en funciones que, valga la redundancia, hace las mismas funciones que el oficial, es decir, casi nada. Lo digo porque a muchos les preocupa que el retraso de la investidura de Susana Díaz se alargue hasta el mes de junio y finalmente se tengan que convocar nuevas elecciones una vez se agoten los plazos legales sin que haya acuerdo. Vamos a ver, para dejar claro las cosas les transcribo lo que dice el apartado 3 del artículo 118 del Estatuto de Autonomía de Andalucía al respecto: "El candidato presentará su programa al Parlamento.
 Para ser elegido, el candidato deberá, en primera votación, obtener mayoría absoluta. De no obtenerla, se procederá a una nueva votación cuarenta y ocho horas después de la anterior, y la confianza se entenderá otorgada si obtuviera mayoría simple en la segunda o sucesivas votaciones. Caso de no conseguirse dicha mayoría, se tramitarán sucesivas propuestas en la forma prevista anteriormente. Si, transcurrido el plazo de dos meses a partir de la primera votación, ningún candidato hubiera obtenido la mayoría simple, el Parlamento quedará automáticamente disuelto y el Presidente de la Junta en funciones convocará nuevas elecciones". Es decir que nadie se asuste todavía porque al PSOE, al PP, a Podemos, a Ciudadanos y a IULV-CA, y sobre todo a todos nosotros nos queda todavía todo el mes de mayo y de junio para tratar de alcanzar un acuerdo que le dé la confianza a Susana Díaz. Mientras tanto seguiremos con el Gobierno interino que puede llegar como tal, en el peor de los casos, hasta mediados de septiembre. Nada menos que nueve meses de interinidad. Todo un complicado embarazo que podría desembocar, depende de lo que ocurra en las municipales y autonómicas del día 24, en un parto con nuevos comicios andaluces. Si no queríamos caldo, dos tazas. Menos mal que la superpresidenta adelantó las elecciones para conseguir una mayor estabilidad. Desde luego hay que reconocerle que la interinidad actual le da una impecable estabilidad al Ejecutivo en funciones que no tiene ni siquiera quien lo controle en el Parlamento. Así podría estar hasta el final de la legislatura porque, seamos sinceros, ¿alguien echa de menos que no tengamos Gobierno en Andalucía desde hace cinco meses? Yo les aseguro que ni me he dado cuenta.

Susana ha conseguido lo que no había logrado nadie en la corta historia de la democracia andaluza, que toda la oposición se ponga de acuerdo para rechazar su investidura. Ella y el PSOE, acusa a unos y otros de irresponsabilidad cuando la única irresponsable ha sido Susana, pero en buena lógica lo que debería de pensar la candidata es que algo estará haciendo mal ella o su partido en las negociaciones para que fuerzas tan dispares ideológicamete hablando, como el PP, Podemos, Ciudadanos e IULV-CA hayan unido sus votos para rechazar la investidura. Cuatro a uno. Es mucho más lógico que sea el PSOE quien esté equivocándose de medio a medio que el resto de los partidos. Pero no se preocupen demasiado. A partir del día 24 se van a aclarar muchas cosas. Según los resultados que se alcancen en las municipales y autonómicas, el actual equilibrio de fuerzas comenzará a debilitarse y a cambiar por una u otra parte. Llegarán los pactos y éstos conllevarán el acuerdo final en Andalucía.

¿Cuál es el corolario de toda esta situación? Que Susana, que podía haber convocado las elecciones andaluzas el 24 de mayo y así habernos ahorrado unos millones, y que no lo hizo por puros intereses partidistas, va a tener que aguantarse con lo que ocurra ese Domingo del Rocío. Al final de nada le ha servido su pretendida estrategia aunque hay que reconocerle que, al menos, ha logrado uno de sus objetivos que no ha sido otro que sumir a su principal enemigo, el PP, en una depresión de caballo. Ya veremos si en junio no tiene más remedio que pactar con el diablo para alcanzar su meta. Y pónganle a Satanás el nombre que ustedes quieran porque podría estar a la derecha o a la izquierda de la diosa madre.
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