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PSC, ERC y la CUP aúpan a Colau a la Alcaldía de Barcelona
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(Foto: EFE)

PSC, ERC y la CUP aúpan a Colau a la Alcaldía de Barcelona

sábado 13 de junio de 2015, 20:17h
Barcelona tiene por primera vez una alcaldesa. Y también por primera vez la calle ha tomado la Alcaldía encarnada en Ada Colau, la activista antideshaucios que venció a Xavier Trias y que esta tarde se ha convertido en la máxima autoridad de la capital catalana gracias al respaldo de los cinco concejales de ERC, los cuatro del PSC y uno de la CUP.

Colau ha jurado su lealtad al Rey “por imperativo legal” tras una votación un tanto atípica en la que los otros dos concejales de la CUP han emitido votos nulos, uno por “resistencia Movistar” y el otro por “antifascistas 12 de octubre, absolución”. Los concejales de ERC y de la CUP han rechazado la fórmula tradicional de respeto a la Constitución a la hora de jurar su cargo y han prometido “asumir la república catalana”.

Mientras los concejales votaban, en la plaza Sant Jaume un nutrido grupo de simpatizantes de Colau seguían el acto a través de una pantalla gigante y coreaban el nombramiento con gritos de “sí se puede”. La instalación de esa pantalla ha sido, de hecho, la primera decisión de la nueva alcaldesa, quien ha destinado el dinero de las alfombras que se usan para los días de fiesta en el Ayuntamiento a su adquisición. Las alfombras se han quedado guardadas en los armarios.

Ahora, a Colau le quedan muchas otras decisiones que tomar y muchas otras promesas que cumplir. Como la de bajarse el sueldo. La ya alcaldesa de Barcelona aseguró durante la campaña que cobrará en sueldo máximo de 2.200 euros limpios al mes y que eliminará las dietas. Así se dará la paradoja de que la máxima autoridad de la ciudad cobrará mucho menos que los miembros de su equipo.

La alcaldesa también tendrá que ver cómo organiza la famosa consulta independentista que prometió para que se sepa “de una vez por todas” cuántos partidarios de la secesión hay en la capital catalana. Y tendrá que ponerse seria para cambiar el modelo turístico algo que pretende materializar a través de la prohibición de apertura de nuevos hoteles.

Los líderes de la oposición se han referido a algunos de estos proyectos durante sus intervenciones. La representante de la CUP, María José Lecha, cuyo discurso, surgido como el de Colau de las plataformas ciudadanas, es muy similar al de la nueva alcaldesa, ha destacado que por primera vez no son las élites, sino las clases populares, quienes gobiernen en la ciudad.

Lecha ha arremetido contra “un Ayuntamiento que hasta ahora había secuestrado la política” y ha prometido mantener “una lucha por la soberanía de clase, como pueblo y de las mujeres”. Lo ha hecho ante un auditorio en el que estaban los de siempre, los representantes de otras instituciones, de los sindicatos, etc., pero también y por primera vez muchos representantes de las entidades vecinales, gente de la calle, que son quienes han catapultado a Colau a la Alcaldía.

Alberto Fernández, jefe del grupo municipal del PP, está en las antípodas ideológicas de Colau, pero eso no ha impedido que felicitase a la alcaldesa por su victoria electoral y por su nombramiento. El popular incluso ha ido más allá y ha sorprendido por su talante conciliador, puesto que se ha mostrado dispuesto a pactar con el gobierno municipal en asuntos como la financiación del Consistorio, la prestación de servicios y la atención a las personas.

Los socialistas han gobernado en Barcelona de forma hegemónica desde la recuperación de la democracia. Narcís Serra, Pasqual Maragall, Jordi Clos y Jordi Hereu se sucedieron en el cargo durante 30 años. Hace cuatro, CiU les arrebató la Alcaldía, pero el PSC conservó 11 concejales. En las elecciones del pasado 24 de mayo, la candidatura de Jaume Collboni sólo logró cuatro regidores.

La debacle ha sido considerable, pero Collboni no tira la toalla. Ha reivindicado la labor de sus antecesores, ha lamentado la política de recortes que ha “aumentado la desigualdad entre barceloneses” y se ha propuesto luchar en esta nueva etapa por la creación de empleo, por el diálogo entre todos los grupos del Consistorio y por construir una Barcelona nueva sustentada en “los valores”.

El PSC ha votado a favor de la investidura de Colau, pero sin darle “un cheque en blanco”. No obstante, la colaboración entre la formación de la alcaldesa, Barcelona en Comú, y el PSC puede ser muy fructífera. La candidatura de Colau se gestó de una forma muy rápida y con un tejido urbano y vecinal. Por eso, al equipo de Colau le faltan técnicos y expertos en política municipal.

Para subsanar esa carencia, la alcaldesa ha recurrido a ex socialistas. Así, el gerente del Ayuntamiento será Jordi Martí, quien hasta hace poco era el jefe del grupo municipal del PSC, pero que dejó el partido por no ser independentista. Además, el ex jefe de prensa de Hereu, Carles Gonzáles, será el jefe de gabinete de Colau. Y varios de los 11 concejales de Barcelona en Comú proceden de ICV, que durante 32 años ha gobernado en la ciudad coaligada con los socialistas.

Alfred Bosch, candidato de ERC, ha tenido la ocasión de pronunciar el discurso más sentimental de la tarde. Ha recordado a su padre, a su madre y a sus hijos. Ha lanzado varias flores a Colau, cuya investidura ha secundado. También ha tenido buenas palabras para el alcalde saliente, Xavier Trias, y para su antecesor como jefe de las filas republicanas en el Ayuntamiento, Jordi Portabella. Bosch no ha olvidado sus reivindicaciones independentistas y para ello se ha remontado a la Edad Media.

Bosch, que ha pronunciado una frase en castellano para demostrar que su independentismo es inclusivo, ha perdido cierto protagonismo por el hecho de que su segundo de abordo es un actor bastante conocido, Juanjo Puigcorbé, que ha acaparado buena parte de las miradas durante esta larga tarde de constutución del nuevo Ayuntamiento.

También Carina Mejías, la cabeza de lista de Ciutadans, que se ha situado como tercera fuerza municipal, ha felicitado a Colau, pese a su distancia ideológica. Mejías ha rechazo cualquier proceso separatista y ha pedido a Colau que se aleje ya de la reivindicación callejera, que gobierne y, sobre todo, que acate la ley. Y es que Colau afirmó en una entrevista que si las leyes le parecían injustas, no las cumpliría.

Trias, el alcalde saliente, ha prometido hacer una oposición “en positivo, constructiva, aunque exigente”. También ha apostado por el diálogo y por hacer de Barcelona una ciudad “más justa y próspera”. El ex alcalde ha recordado que tomó las riendas del Ayuntamiento hace cuatro años en una situación muy crítica y que ahora la deja “encarrilada y con las finanzas saneadas”.

Por Barcelona en Comú, el nuevo partido de gobierno municipal, ha hablado Gerardo Pisarelo, quien se ha agradecido la “oportunidad” que ha recibido su formación “gracias a los barrios más humildes” y ha prometido no defraudar a sus votantes, renovando las instituciones y prometiendo que la política no volverá a ser una actividad para “el enriquecimiento personal”.

Durante la mañana, el foco de atención ha iluminado la ciudad de Badalona, la tercera de Cataluña en población, donde el popular Xavier García Albiol, que ganó las elecciones con 10 concejales, ha visto como perdía la Alcaldía en favor de la candidata de la izquierda radical, Dolors Sabater, que logró cinco regidores, pero que se ha convertido en alcaldesa gracias a un pacto con el PSC, ICV, CDC y ERC. Partidarios y detractores de Albiol, cuya política en materia de inmigración ha sido muy polémica, se han enfrentado a las puertas del Consistorio.

En Lleida, el socialista Àngel Ros ha iniciado su cuarto mandato, esta vez sin mayoría absoluta. También el socialista José Félix Ballesteros ha renovado como alcalde en Tarragona, mientras que en Girona el covergente Carles Piugdemont seguirá dirigiendo la ciudad cuatro años más.

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