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OPINIÓN

Racionalización de la industria cultural nacional y regional: directorios y diccionarios virtuales por especialidades

JMM Caminero. Escritor

domingo 14 de junio de 2015, 12:19h

Es evidente que hoy la industria cultural, en todas sus modalidades y especialidades es una integrante esencial en el PIB de cualquier Estado y de cualquier sociedad, y también de España y de sus diversas regiones. Por lo tanto hay que buscar una mayor racionalización y cientificidad en el aprovechamiento de los recursos culturales. Especialmente los autores.

1. Si un ecólogo quiere estudiar un nicho biológico, lo primero que tendrá que hacer es realizar un trabajo de campo y estudiar y saber cuántas especies de animales existen en ese nicho ecológico, y cuánta cantidad de ellos. Y las relaciones entre naturaleza y animales y hábitats. Por tanto, lo primero para una racionalización de la industria cultural es que cualquier entidad, sea museo o fundación u organismo de la administración cultural o departamento universitario recoja y sepa según su especialidad cuántas personas en la nación o en la región se dedican a la investigación matemática o filosófica o literaria o musical o de cualquier especialidad cultural. Que yo sepa existen uno o dos centros documentales en el país de teatro y de música. En los cuales se recogen obras a fotocopias o editadas de autores de su especialidad. Y suponemos tendrán directorios y diccionarios de personas dedicadas a los oficios del teatro y a los oficios de la música.

2. Existen los organismos pertinentes que sabrán cuántos artesanos de la cerámica existen por regiones y por tanto en la nación. Pero nadie supongo que sabe cuántos poetas o novelistas o matemáticos o geógrafos o historiadores o filósofos o diseñadores o periodistas o… existen en cada región y en el país. Por tanto es necesario saber cuánta riqueza hay en cada una de las especialidades. Es decir, voluntariamente si se quieren inscribir en esos directorios y diccionarios virtuales. Indicando su nombre, y las obras o artículos especializados que han publicado. Para eso hay que saber cuántas personas y qué obras han realizado, que libros o artículos han escrito, publicado o no, en cada especialidad. Por tanto sería una recogida de datos y nombres sin selección previa por calidad. Porque lo que se busca es conocer cuánta riqueza en cada especialidad existe, de nombres, de autores, de obras. Sin preestablecer la calidad del trabajo realizado. Quizás en una segunda fase de este hipotético proyecto se podría publicar, por ejemplo en ediciones virtuales, si es que los autores quieren o desean, parte de sus obras o artículos de su especialidad.

3. De este modo se podría en poco tiempo, y de forma virtual, y por tanto, no tendría un gasto excesivo cuántas personas se dedican en el país, a nivel nacional o por regiones las que se dedican a la investigación o creación de la teoría económica, de la ciencia social, del derecho, de la filosofía, de la matemáticas, del arte plástico, de la literatura, etc., en todos sus oficios de cada especialidad, sean autores, estudiosos, investigadores, críticos, etc. Es decir, de todas y cada una de las especialidades artísticas, de diseño, científicas, filosóficas, teológicas-religiosas, etc.

4. Para realizar dicho diccionario y directorio tendría que existir una pequeña comisión que recogería los datos que les fueran enviando y ellos recogiendo por su especialidad. Por una vez sabríamos aproximadamente cuántos matemáticos existen en España o por regiones, cuántos filósofos, cuántos artistas plásticos, cuántos economistas, etc. Esas comisiones como es obvio incluirían unas normas para que los datos fuesen ciertos y verdaderos… pero no seleccionarían por valor o calificación de las obras. Es decir, que este directorio y diccionario solo tendrá sentido si se recoge todas las personas que se dedican a una actividad, aunque su producción sea tenida como de alta calidad o de baja calidad.

5. Habiendo dado este paso se puede ya racionalizar la industria cultural. Al saber si en el país existen mil economistas que han escritos trabajos de producción cultural y de investigación en sus campos. Los investigadores y otros interesados en esos niveles pueden ir a las fuentes. Pueden saber lo que se ha producido en estos últimos años. Nombres y obras. Y por consecuencia se facilitaría enormemente el trabajo de difusión, de investigación, de creación de nuevas ideas, etc. Esto aplicable a la fotografía, a la moda, a la pintura, a la escultura, a la geografía, a la historia, al periodismo, etc. A todos los oficios y profesiones culturales o de la cultura.

6. Siempre se habla de que si se puede perder una obra genial. Y desde que yo era adolescente se trata este tema. Pero según Google existen y han existido en el mundo ciento treinta millones de libros o títulos que son diferentes y originales. No entran aquí las ediciones que se hayan hecho a lo largo de la historia del mismo título. Y posiblemente existirán y existen o habrán existido en el mundo, al menos, uno o dos millones de artistas plásticos, uno o dos millones de escritores. No sé cuántos poetas o matemáticos o filósofos o geógrafos o…, habrá habido en el mundo a lo largo de siglos, incluyendo hasta hoy… Pero se dice que hoy no se perdería un Quijote. No sé que contestar a eso, pero si sé que nadie sabe cómo sería hoy un Quijote. Y desde luego con tanta vorágine de producciones y tanto que habrá en los cajones. No estoy seguro si no se perdería. Lo que si sé es que si no existe un directorio o diccionario virtual de la forma que indico, desde luego hay más posibilidades de que se pierda…

7. Cuando se vaya realizando cada directorio y diccionario por especialidades entonces ya la industria especializada. Por ejemplo, las editoriales o revistas de poesía, podrían ir a beber en sus fuentes cuándo quisiesen hacer una antología, un número especial sobre poetas de tal o cual periodo. Porque al menos sabrían que hay cien o mil poetas de esa época o en esa región. Y de ellos harían la selección. Entonces tendríamos una selección más racional. Y al ser más racional más científica y más empírica. Y al tener estos datos, puede ser que haya más posibilidades no se pierda nombres y obras. Y por consecuencia más competitiva, y al ser más exacta y más justa y más equitativa, más competitiva. Y por lo tanto, obtener como posibilidad, “lo mejor”, lo pongo entre comillas. O al menos, lo “no mejor” no se pierda definitivamente, por si la siguiente generación considera que lo “mejor” son otros. Es decir, en definitiva, al utilizar un criterio más justo y más equitativo de selección de autores y de obras, ser más competitivo a nivel nacional e internacional. Es decir, una racionalización más eficiente de la industria cultural. Y esto en todas las especialidades. Me pregunto entre tantos economistas licenciados en España, que trabajan en la investigación o trabajan en las distintas profesiones de economistas. No habría habido unos cuantos que habrían previsto la crisis. Y quizás habrían escrito algo en artículos que nadie o casi nadie ha visto. Me pregunto si de esta manera o forma quizás habría sido más fácil que esas voces se hubiesen oído y no se hubiesen silenciado…

8. Que nuestro país no tenga, que yo sepa, ningún Premio Nobel, actualmente vivo, nacido en España, es una muestra clara y evidente, que algo falla en la industria cultural del país y de la sociedad y en la gestión cultural. Nos guste o no. Quizás esta solución o propuesta no sea la definitiva, ni la única, pero creo que podría ayudar enormemente a la racionalización y por tanto, a una mejor industrialización y selección. Y por tanto, a una mayor competitividad de ese sector de la industria y por tanto, producir más PIB. Ciertamente existe una duda, que todo intelectual y artista y escritor y pensador teme, que en una democracia este sistema es bueno y óptimo, pero en una no democracia se sabrían las madrigueras de todos los conejos…

9. Quizás hoy un museo de arte, por poner un ejemplo, puede tener una sección virtual donde incluyan a cientos o miles de artistas, sin selección previa, que son autores que están trabajando. Y que al menos merecen tener un pequeño lugar bajo el sol. Aunque ese museo no tenga obras en depósito o de su propiedad o no les expongan. De ese modo diríamos existiría un museo virtual de artistas de esa región o país, cientos o miles en los archivos virtuales de ese museo, y que todo el mundo puede visitar, y además, los cientos de artistas con obra real y material y en sus salas que disponen… La cultura y el saber, en todas sus especialidades no es un capricho, ni es un adorno, es un elemento esencial que el hombre tiene para vivir y sobrevivir, como individuo y como especie. Por tanto, se exige la máxima racionalización de todas las actividades productivas y de creación y culturales existentes. Así de sencillo.

10. Solo queda que los órganos e instituciones o fundaciones o departamentos universitarios o personas individuales pertinentes recojan el guante…


JMM Caminero
Escritor
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