Los obispos de estas Diócesis explican en un comunicado su deseo de que Cáritas Diocesanas y otras instituciones caritativas de la Iglesia Católica "estén abiertas a la acogida humana y de todo tipo de hombres y mujeres, que injustamente han salido de sus casas por una guerra absurda, que crea muerte y desesperación".
Califican la situación de "espiral de barbarie y exclusión, que tan bien conocen cristianos de esas zonas, que igualmente han tenido que dejar sus casas y su tierra por su condición de creyentes en Cristo" y critican la "incapacidad de las naciones para resolver in situ el problema" y, añaden, "ahora se ven sus consecuencias".
Expresan también "el ofrecimiento de nuestras comunidades cristianas para resolver este difícil problema entre todos" e invitan a orar "por el cese de esta guerra que está provocando este éxodo masivo".