Se anuncia también que el presidente Mariano Rajoy será el encargado de clausurar el evento previa intervención de la secretaria general, Dolores de Cospedal, y con la presencia de los presidentes autonómicos del PP, ministros, presidentes de diputaciones, alcaldes y los miembros de la Junta Directiva Nacional.
Es un ‘toque a retreta’ desde la dirección de Génova después de una semana ‘horribilis’ en la que declaraciones cruzadas entre ministros y diputados y la dimisión de Arantza Quiroga -protegida de Cospedal- de la presidencia del PP del País Vasco, nos dejan la sensación de un PP desarbolado, desmotivado y hasta cabreado.
De hecho, está prevista la intervención de los 17 presidentes autonómicos del PP durante al acto, aunque fuentes consultadas por Diariocrítico de Castilla-La Mancha esperan que el acto no se prolongue más allá de las tres horas porque estas intervenciones estarán limitadas a los dos o tres minutos y serán públicas.
Cospedal le ha organizado este acto a Rajoy para escenificar un cierre de filas en un partido que no pasa por sus mejores momentos. Y lo hace justo una semana después de otra visita del presidente a la localidad toledana de Mora y sin Cospedal - ella alegó motivos personales- para reunirse con jóvenes.
"Cospedal está fuerte al frente de la Secretaría General"
El entorno de Cospedal cree que lo ocurrido esta semana se ha magnificado porque entra dentro de la “normalidad” y “forma parte del juego” político. Una convulsión interna popular que no se niega pero que se atribuye a los “nervios” electorales.
Las mismas fuentes aseguran que Cospedal “está fuerte” tanto en la Secretaría General del partido como al frente de los populares castellano-manchegos y recuerdan que los siete años como número dos de Rajoy le han otorgado a la Comunidad Autónoma una “visibilidad” impensable en otros tiempos.
Un momento “dulce” que el PP castellano-manchego se niega a perder.
El futuro de Cospedal aún sin despejar
El acto de Toledo no servirá, sin embargo, para arrojar luz sobre el futuro de Cospedal y sobre si finalmente irá o no en las listas del PP por Toledo, según fuentes del partido.
Este viernes ha comparecido ante la prensa pero no ha aclarado nada. De hecho, todo son rumores y nervios en torno a las candidaturas que Cospedal prepare -con el límite de mediados de noviembre- para el Congreso y el Senado en Castilla-La Mancha.
La imposibilidad de renovación de su mandato en la Junta -previo pacto PSOE-Podemos- ha provocado que muchos de los miembros de su equipo hayan quedado descolgados y sin futuro fijo. Pero ahora, el argumentario popular en la Comunidad Autónoma se centra única y exclusivamente en tachar de “destructor” a Emiliano García-Page, el actual presidente de la Junta. De la situación actual del PP nacional, de encuestas o de listas electorales no se habla en público.
La propia Cospedal mantiene un discreto segundo plano en las Cortes castellano-manchegas, sus apariciones públicas en la región son escasas, de perfil bajo y ni siquiera acompaña a muchos de los ministros que estos días viajan una y otra vez por toda la geografía regional. Más que nunca parece parapetarse en Génova, en un papel de secretaria general del PP que muchos cuestionan, aunque lo hagan ‘sotto voce’. Ella calla pero no otorga. Hoy mismo ha tenido que negar que Rajoy no hubiera contado con ella en la resolución de la crisis del PP del País Vasco. Son “elucubraciones”, decía pero lo cierto es que la marea azul interna aprieta, tanto o más que la ‘marea naranja’ de Albert Rivera.
Si (
No(
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