www.diariocritico.com

La verdad inventada

miércoles 28 de octubre de 2015, 10:23h

Peter Handke, pensador, escritor, dramaturgo y cineasta alemán, sostiene, hablando de literatura, que “la invención, la ficción son la verdad”. Enfrenta esa afirmación a la literatura de reportaje, periodística, casi indistinguible del periodismo. Handke dice también que “en ninguna parte hay tanta estupidez como entre los políticos occidentales” y que “los que dejaron que los pueblos se mataran entre sí son los verdaderos criminales”. Siguen permitiéndolo…

Habla de la ficción en la literatura, pero podría hacerlo de la política y de los políticos que inventan una ficción que se acomoda a sus intereses y acaban por hacernos creer que es la verdad. A la corrupción generalizada durante años –ahora hay más controles, más miedo a ser descubierto, más coste político que hace unos años- se la presenta como una “caza de brujas” o una venganza contra un proyecto político, como sucede en Cataluña, desnuda ya la ficción-verdad del soberanismo. Otros niegan radicalmente la verdad, aunque cada día crezcan los indicios como sucede en el caso de Rodrigo Rato. O la tapan y la esconden, como sucede en los casos de los ERE en Andalucía o de la Gürtel en Madrid y Valencia. “Fueron otros, nosotros no sabíamos nada, no estábamos, nunca nos enteramos”, como si todos fuéramos tontos y aceptáramos cualquier cosa. (A veces, lo hacemos).

La ficción, la invención, que es mentira consentida muchas veces, circula libre y altivamente como si fuera verdad. No importan los datos, tercos, relevantes, los hechos, los indicios crecientes. Se niega la verdad y se construye una ficción. La reciente sentencia de la Audiencia Nacional contra los directivos de Nova Caixa Galicia, que se lo llevaron crudo –“apropiación indebida por el cobro de jubilaciones millonarias que ellos mismos se pusieron”-, reconoce que ignoraron la situación calamitosa de la entidad e incumplieron la normativa sobre retribuciones y que fueron cooperadores imprescindibles del delito, pero solo les condena a dos años de prisión e inhabilitación y a devolver 14 millones de euros de los casi 19 que recibieron como indemnizaciones. Los indemnizados deberían ser los ciudadanos que hemos pagado con impuestos sus excesos, sus errores, sus sueldos y el hundimiento de las Cajas de Ahorro que ellos, durante décadas, “administraron deslealmente” como reconoce la propia sentencia.

Dice José María Alonso, el abogado presidente de Baker&McKenzie, que hay una inseguridad jurídica tremenda, que “se debe trabajar sobre la calidad de la Justicia y que los jueces deberían tener ligada su carrera al desempeño, a la calidad de sus decisiones”. Es decir, que deberían ser responsables de sus sentencias. No sólo ellos, también los políticos y los administradores de los dineros públicos. Mientras la Justicia no funcione de forma ágil y eficiente, dando seguridad, algunos seguirán consiguiendo que la ficción y la invención ganen la batalla a la verdad. Sin el periodismo, la mayor parte de estos embaucadores de la ficción, en la política o en la economía, seguirían hoy llevándoselo crudo. De momento, algunos mantienen su desafío.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios