Francisco Nicolás Gómez Iglesias, más conocido como el pequeño Nicolás, ha renunciado a presentarse a las listas del Senado, como había anunciado en septiembre. No se producirá, por ahora, el paso a la política de este estudiante de 21 años, que se ha convertido en el foco de la polémica tras ser imputado por presuntos delitos como falsificación documental, tentativa de estafa o tráfico de influencias. Él llegó a afirmar que había colaborado con el Centro de Inteligencia Nacional, que había hecho trabajos con la vicepresidenta del Gobierno y que el ex-presidente José María Aznar era uno de sus grandes amigos.
Anunció que se iba a presentar al Senado haciendo mucho ruido. Se enfundó en una americana, se hizo la foto y proclamó a los cuatro vientos que su única propuesta era cerrar la Cámara Alta.
Sin embargo, todo quedó en nada, pues su candidatura no figura entre las ya proclamadas por la Junta Electoral para el 20-D. Además, su programa quedó pronto superado, pues Ciudadanos también ha propuesto eliminar el Senado. La misma motivación fue la que hizo a Carmen Lomana dar un paso a la política y presentarse en las listas de Vox.
El pequeño Nicolás saltó al foco público cuando fue acusado de falsedad documental, tentativa de estafa y usurpación de funciones públicas y estado civil. Era octubre de 2014. En seguida comenzarona conocerse los detalles más surrealistas y, sobre todo, las fotografías que demostraban sus contactos con FAES, políticos del PP y empresarios.
Sobre el papel, Nicolás era sólo un estudiante de derecho madrileño, de 21 años, con escaso éxito académico debido, en parte, a sus actividades extra-escolares relacionadas con el mundo del ocio nocturno.
Tras estallar el caso, Nicolás concedió varias entrevistas y explicó su versión. Según sus propias palabras, había colaborado con el Centro Nacional de Inteligencia, con la Casa Real y hasta con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.
Posteriormente, fue imputado además por presunta revelación de secretos, cohecho impropio, malversación de caudales públicos y tráfico de influencias. Entre los detonantes de las nuevas vías de investigación está la posibilidad de que el pequeño Nicolás hubiera participado en la exigencia de comisiones a empresarios.
La primera vez que tuvo que dar la cara ante la justicia, tras ser detenido, la instructora del caso manifestó su desconcierto por "cómo un joven de 20 años, con su mera palabrería, aparentemente con su propia identidad, pueda acceder a las conferencias, lugares y actos a los que accedió sin alertar desde el inicio de su conducta a nadie, por muy de las juventudes del PP que manifeste haber sido".
En su colección de instantáneas figura con políticos de la talla de Esperanza Aguirre, José María Aznar -uno de sus "grandes amigos"- o Ana Botella. También fueron muy comentadas su fotografía en la recepción de la proclamación del Rey Felipe VI o la imagen que él mismo difundió del empresario Arturo Fernández durmiendo la siesta en su sofá. Nadie ha podido dar todavía una versión clara de cómo el pequeño Nicolás llegó a situarse en esas esferas.
El pequeño Nicolás se presentará al Senado para suprimirlo
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