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Lágrimas en la lluvia

sábado 02 de enero de 2016, 10:11h

Un periódico ya es viejo al día siguiente. Las películas se comprimen en un baúl inmenso que viaja hacia la nada. Hay miles de libros rodeándome que nacieron sin apenas vivir, son solo papel comprimido lleno de palabras que nadie leerá. Cuando viajo escucho programas de radio que se comen sus minutos con hambre de alojarse en nuestra mente, pero esos minutos se van gastando por el aire hasta perderse en el vacío. Las noticias a veces estallan y generan una luz inmensa, pero cuando se están comenzando a acomodar a la vida, vienen otras que caen sobre ellas como una manta de tierra o de cemento.

Hay 22 millones de dispositivos wifi en la tierra, que envían por su espectro de radiofrecuencia billones de palabras, fotografías, signos, videos, dibujos que mueren casi en el mismo instante de llegar a la vida a través de los diversos artilugios receptores. El mismo Facebook es como un Saturno que engulle información cada vez más rápido, y cada vez con mayor volatilidad. Cuántas fotografías, palabras hermosas o sucias, textos bellos o ignorantes, iconos divertidos o mustios aire de un instante, de un segundo en el que unos cuantos o muchos dedos dan a un “me gusta” y luego a otro y a otro y a otro mientras todo se va yendo a un vacío en el que los recuerdos se amontonan para ser ya pronto nada. En Twitter el vendaval de ausencia es más espectacular todavía. Frases cortas geniales, agudas, burdas, necias, inteligentes, maravillosas, agónicas, estúpidas destellan con un parpadeo de vida que muere en su primer segundo, o en su primer minuto, o en su primera hora, o como mucho en su primer día de vida.

Todo se perderá en el tiempo como lágrimas en la lluvia, dice el replicante Roy Batty en 'Blade Runner', de Ridley Scott. Naves en llamas más allá de Orión, rayos C que brillan en la oscuridad cerca de la puerta Tannhäuser se perderán, como se perderán los 24.300 millones de gigabites que la nueva tecnología lifi entregará al mundo allá por el año 2019. Mediante esta tecnología, que consiste en transmitir la información no a través de ondas electromagnéticas (wifi), sino a través de la luz eléctrica, se puede lograr una velocidad de transferencia de archivos capaz de descargar 18 películas en un segundo. Sí, miles, millones de películas en un viaje por las sombras del ciberespacio viajando también hacia la nada.

¡Los suspiros son aire y van al aire!¡Las lágrimas son agua y van al mar! Dime, mujer, cuando el amor se olvida ¿sabes tú adónde va?, escribía Bécquer. La materia se transforma, el papel se convierte en reciclado, fuego, humo, viento…. Pero todos esos billones de bytes almacenados en el olvido, la nube o la nada, ¿sabe alguien adónde van?

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