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Pitos y bronca para Rivera Ordóñez

martes 26 de enero de 2016, 15:56h
La 'hazaña' de Francisco Rivera Ordóñez 'Paquirri' de torear con su hija en brazos sólo es superada por sus declaraciones justificando que dónde iba a estar más segura la niña que en brazos de su padre ¿...? Pues en el callejón, en el tendido o en su casa durmiendo en la cuna o jugando. Vaya frase estúpida y prepotente. ¿O es que sabía este torero vulgar e incapaz de triunfar en la cátedra de Las Ventas que la vaquilla no le iba a dar un golpe a él mientras toreaba o a desarmarle o incluso a tirarlo por tierra, dejando a la niña indefensa y a merced del animal?

¿O es que sabía este torero vulgar, a pesar de haber recibido la Medalla de Oro de las Bellas Artes, por causas todavía inexplicables, que no iba a tropezar él mismo y caer? Es junto y necesario recordarle que una vaquilla embistió por detrás a un torero maravilloso como Antonio Bienvenida y lo mató. Y el hecho de que su padre, el auténtico Paquirri, figura en los años 70 y 80, hiciera con Rivera Ordóñez algo similar no significa nada. Pues muy mal también por el fundador de la dinastía.

Y el hecho de que otros coletudos más modernos,como los que aparecen en fotos, lo repitieran tampoco es válido. Desde luego, ninguno de ellos encuadrado en la categoría a la que nunca llegó ni llegará Rivera Ordóñez, la de figura. Ni semejante locura -quizás hasta condenable no sólo moralmente, sino jurídicamente- la han llevado a cabo, que se sepa gente coetánea de él, como José Tomás, El Juli, Manzanares, El Cid, Morante, Fandiño y un largo etcétera.

De modo que, remedando los balances estadísticos de los coletudos en sus actuaciones delante del toro, hay que darle a Fran lo mismo que casi siempre logró en la Monumental madrileña. No sólo un suspenso como padre responsable, sino pitos y bronca.
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